Os propongo un recorrido sorprendente por una zona escondida al norte de la provincia de Guadalajara: Los pueblos negros de Guadalajara.
Están ubicados en la Sierra Norte, a escasos 100 km al norte de Madrid. Una zona de frondosos bosques con pequeños pueblos de pizarra, que se mimetizan con el entorno y parecen haber surgido de la propia tierra, permaneciendo casi intactos al paso de los años.
Un paseo por un lugar inundando de tradición y costumbres, acompañados en todo momento de la omnipresente pizarra negra: Una ruta por los pueblos negros de Guadalajara
Qué son los pueblos negros
Los conocidos como “pueblos negros ” lo conforman un conjunto de pequeñas localidades que tienen en común un peculiar estilo arquitectónico, lo forman sus casas construidas enteramente de pizarra, anchos muros, fachadas, tejados, fuentes y linderos forman una estructura de apretadas lajas, que les confieren ese aspecto tan peculiar.
Son pueblos con carácter, su aislamiento durante años enclavados en zonas casi inaccesibles, ha permitido que perduren sus tradiciones y su forma de vida.
Duros inviernos amortiguados por la oscura pizarra que absorbe el calor del sol de día y lo mantiene de noche. Formas autónomas de subsistir basadas en la agricultura y ganadería entre altas montañas de dificil acceso las comunicaciones.
Paseando por los antiguos huertos, cerca de las poblaciones todavía puedes observar parte de esa tradición: colmenas construidas en el interior de troncos de arbol hueco, olvidadas por el desuso, lavaderos antiguos, molinos de piedra…
Ahora ven revivir su esplendor gracias al turismo, ya que estas pequeñas localidades, con pocos habitantes censados, multiplican su actividad los fines de semana o vacaciones, gracias a la visita curiosa de viajeros que vienen a descubrir el encanto de esta zona y la inmensa sensación de calma de estos pictóricos pueblos.
Que hacer en los pueblos negros
Es ideal pasar aquí al menos un fin de semana para conocer y disfrutar la zona, si además quieres recorrer además alguna de sus maravillosas rutas de senderismo, entonces te recomiendo por lo menos cuatro días.
Entre otras muchas sugerencias, puedes acercarte a conocer las chorreras de Despeñalagua desde Valverde de los Arroyos.
Desde El Espinar llegar a las preciosas cascadas del Aljibe, desde Majaerayo dar un paseo para descubrir el salto de la Matilla y el molino de Majaelrayo, subir al Pico Ocejón o hacer un recorrido en coche hasta Riaza por el Puerto de la Quesera, una de los entornos naturales más impresionantes de España y lo digo sin temor a exagerar
Para acceder a esta zona repleta de arquitectura tradicional tomaremos la carretera CM 101, desde Guadalajara dirección Humanes y después nos desviaremos hacia la CM 1004 que nos conducirá a la puerta de entrada a estos pueblos negros: Tamajón.
Los pueblos se distribuyen en dos vertientes, que separa el indiscutible rey de la Sierra, el Pico Ocejón. Son dos recorridos independientes
Pueblos negros al oeste: desde Tamajón a Majaelrayo
Tamajón
Antes de adentrarte en este universo de pizarra te recomiendo un pequeño paseo en el entorno cercano a Tamajón.
Allí encontramos una “pequeña ciudad encantada”, al estilo la ciudad encantada de Cuenca pero a menor escala. Curiosas formas en la roca esculpida por el paso de los años, han ido dejando caprichosas construcciones naturales.
El paseo se realiza a partir de una pequeña ermita, la Ermita de nuestra señora de los Enebrales, en la que podemos dejar el coche, a unos 2 km de Tamajón (aquí se venera a la “Virgen Serrana” que tiene muchos devotos en toda la comarca).
Seguimos avanzando por esta carretera y tomaremos la primera bifurcación a la izquierda, hacia el primer grupo de pueblos en la falda Oeste del Ocejón .
Sin desviarnos de la calzada comienzan a desfilar uno tras otro los pequeños pueblos negros, algunos ocultos por el bosque que los rodea. A cual con más encanto, no sabrás decidir entre todos ellos cual es el más bonito.
Campillejo
Campillejo es la primera localidad que encontramos y pertenece a la pedanía de Campillo de Ranas.
Muy pequeño en dimensiones, tiene una iglesia realmente espectacular, construida enteramente de pizarra, con una preciosa espadaña y una campana. Lo conforman un conjunto de casas de gruesos muros, rodeado de huertos de lo más pintoresco.
El Espinar
El Espinar es el segundo pueblo que encontraremos siguiendo este lado de la carretera.
Un núcleo compacto de casas de piedra en la parte superior de un promontorio, bien integrado con el bosque y rodeado de pequeños huertos.
En la entrada del pueblo podeís ver un lavadero antiguo perfectamente conservado, construido en pizarra y madera.
Aquí no encontrarás bares, ni aglomeraciones turísticas, solo la paz y tranquilidad de un lugar que aún conserva esa esencia rural austera y sencilla, que pocos lugares mantienen.
Desde El Espinar o bien desde Roblelacasa se inicia una bonita ruta de senderismo hacia las cascadas del Aljibe, dos pozas naturales con saltos de agua que descienden por los dentados bloques de pizarra.
Es un lugar espectacular, si además haces el recorrido en verano, podrás disfrutar de un baño en sus aguas cristalinas.
Campillo de Ranas
Uno de los pueblos con mayor encanto y municipio principal de la zona, ya que su ayuntamiento engloba a todas la pedanías de alrededor, excepto Majaelrayo.
Calles empedradas en pizarra y negras fachadas desfilan ante nuestro paso.
Pierdete sin rumbo por ellas si quieres descubrir rincones mágicos: Una encantadora iglesia, un reloj de sol que permanece impasible ante el tiempo y un buen lugar para probar los productos locales en alguno de los bares y restaurantes que tiene la localidad.
Degusta la gastronomía de la zona en el Restaurante el Roble un coqueto y acogedor restaurante en el que podrás disfrutar de la cocina tradicional (siempre con reserva previa porque tienen pocas mesas) o la Posada del Ocejón.
Campillo además de por su idílica estampa, es famoso por ser el lugar fetiche para la celebración de bodas gay.
Corría el año 2005 cuando se aprobó la ley que permitió las bodas homosexuales y este pequeño pueblo se convirtió en el lugar pionero y de referencia para muchas parejas de toda España y de Europa, que llegan hasta aquí para sellar su compromiso en este entorno de cuento.
A día de hoy se celebran todo tipo de enlaces, desde luego es un lugar realmente especial, que es lo que se supone que se busca para el día de la boda ¿o no?
En Campillo de Ranas puede visitarse un curioso Museo de Maquetas en la que podréis disfrutar de las construcciones tradicionales de la zona a pequeña escala, con materiales originales. El dueño lleva más de 30 años replicando con cariño muchas de las construcciones tipicas de la zona.
Roblelacasa
Roblelacasa no queda tan al paso como Campillo o Campillejo, que los encuentras en plena carretera, pero bien merece un pequeño desvío para hacer una visita.
A dos minutos de la carretera principal está esta pequeña localidad, en la cima de una montaña, tupida de vegetación y rincones fotogénicos como pocos.
En primavera es un espectáculo contemplar las vistas del pueblo rodeado de jaras en flor.
Robleluengo
Robleluengo, como su vecino El Espinar es también muy pequeño, pero con un par de calles realmente pintorescas, muy bien conservadas y repletas de la arquitectura tradicional ajena al paso del tiempo.
Rodeado por un estupendo bosque de robles centenarios, que lo mantiene escondido en un paraje singular.
Para llegar a Robleluengo hay que desviarse de la carretera a la izquierda, poco antes de llegar a Majaelrayo, su silueta negra apenas si se distingue protegido por el robledal que lo rodea.
Desde aqui se inicia una idílica ruta de senderismo hasta el salto de la Matilla y el molino de Majaelrayo. Una sencilla ruta, practicamente plana y 6 kilometros de longitud que es más que una ruta un agradable paseo.
El molino, dejo de estar en uso hace muchos años, pero en su momento era uno de los lugares donde los habitantes de los pueblos cercanos molían el pan. Aún permanecen semienterradas, entre las vigas hundidas del tejado las enormes ruedas de piedra que un día aplastaban el grano para los habitantes de los pueblos cercanos.
A pesar de su estado de ruina, aún conserva el encanto de los lugares con historia.
Se llega hasta el atravesando un denso robledal que en otoño luce sus mejores galas. A unos 300 metros del molino y remontando el cauce del arroyo de la Matiila, llegamos al salto de la Matilla.
Majaelrayo
Majaelrayo fin de trayecto en esta ladera, a los pies del majestuoso Ocejón.
Este pequeño pueblo de ayuntamiento propio es otro estupendo ejemplo de la arquitectura negra, mantenida a través de los años como en pocos lugares.
Calles que parecen dormidas en el tiempo y tradiciones que mantienen con orgullo, generación tras generación. Como la Fiesta del Santo Niño y sus danzantes, declarada de Interés Turístico Regional, que se celebra cada mes de Septiembe.
Desde aquí comienza uno de los clásicos del senderismo en Guadalajara: ascender al pico Ocejón.
En todos estos pueblos os llamarán la atención unas cruces blancas de cuarcita, incrustadas entre los negros muros de pizarra.
El enigmático origen de estas cruces no está muy claro a día de hoy. Las leyendas hablan de que estos símbolos buscaban la protección frente a brujas y malos espíritus. En cualquier caso, le aportan ese punto de misterio y encanto a pasear por este mágico entorno.
Desde aquí o desde cualquier otro de esta vertiente, puedes comenzar el recorrido circular por los pueblos negros. El itinerario recorre los pueblos de esta vertiente, entre paisajes repletos de vegetación, agua y la omnipresente figura del Ocejón recorrerás 19 km. de paraíso negro.
Pueblos negros al Este: desde Tamajón a Valverde de los Arroyos
Nos dirigimos ahora a la otra vertiente de la falda Este del Ocejón.
Hay que desviarse a la derecha a pocos kilómetros de Tamajón. La carretera nos conducirá a Almiruete, Palancares, Valverde de los Arroyos y Umbralejo.
Al final del recorrido asoma el impresionante Hayedo de la Tejera Negra, lugar, sin duda, para perderse, especialmente en otoño.
Almiruete
En Almiruete, además de dar un paseo tranquilo por sus empinadas calles y respirar ese peculiar encanto de todos los pueblos de la zona, podemos disfrutar cada año de una tradición ancestral.
Celebración que, cada sábado de Carnaval, invade las calles del pequeño pueblo de color, ritmos y costumbres Los Botargas y las Mascaritas. Es una de los Carnavales tradicionales más antiguos de España
A un toque de cuerno de toro los Botargas ataviados con sus trajes tradicionales, coloridos y vistosos descienden la montaña, con la cara cubierta por unas peculiares máscaras.
Estas máscaras son únicas, cada mozo ha elaborado la suya de forma artesanal y recorrerán las calles de Almiruete en lo que parece ser un antiguo rito para favorecer la fertilidad de la tierra.
Almiruete es un claro ejemplo de la arquitectura negra que ha sabido mantenerse de forma auténtica en toda la zona de los Pueblos Negros de Guadalajara.
Valverde de los Arroyos
Valverde de los Arroyos es un pueblo precioso, quizá sea el más turístico de la zona.
La pizarra nos rodea por completo cuando nos adentramos en esta localidad serrana, aunque aquí la piedra de las fachadas no se muestra tan negra como en los pueblos anteriores, está teñida de tonos dorados, que contrastan con el negro y le dan un aspecto peculiar.
Sus casas con balconadas de madera, cuidadas con esmero por sus vecinos, lucen adornadas con flores y plantas que le aportan aún más encanto al conjunto.
Aquí esta el museo Etnográfico y hay varios restaurantes en los que disfrutar de la gastronomía de la zona.
Aquí, al igual que en Majaelrayo, celebran cada año una curiosa tradición: La octava del Corpus de Valverde de los Arroyos.
Cada domingo, después del Corpus, el pueblo se viste de color, vibra con las danzas de palos, castañuelas y cintas de los danzantes y se divierte con la figura del botarga, enfundado en su particular vestimenta.
Una fiesta con una particularidad escenográfica y una personalidad única, sin duda para anotar en la agenda.
Pero no solo de folclore y pizarra vive Valverde, desde este precioso enclave puedes dar un paseo corto y sencillo para descubrir la belleza del valle y la Chorrera de Despeñalagua .
Es un recorrido de escasos dos kilómetros, fácil de recorrer incluso con niños.
Al final del camino cortinas de agua se despeñan por una pared de roca escalonada de 80 metros de altura. Las chorreras de Despeñaelagua lucen en primavera sus mejores galas, pero es espectacular y recomendable en cualquier época del año.
Umbralejo
Nuestro recorrido por estos particulares pueblos finaliza por esta vertiente oriental en Umbralejo. Este pueblo olvidado, cuyas calles quedaron desiertas por el exodo rural, tiene a día de hoy unos habitantes muy particulares, cabras, ovejas, gatos, ocas …
Y es que este rincón marchito de la sierra ha recuperado la vida de sus recias calles, gracias a que fue integrado en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados en 1984. Ahora alberga un campamento y “aula de naturaleza” para jóvenes, que de este modo se acercan el entorno rural, su forma de vida y sus costumbres.
Una ruta más
Como esta zona tiene infinidad de alternativas para hacer senderismo, no puedo acabar el post sin hacerte una última recomendación. La ruta que recorre el camino tradicional que unía los pueblos de Majaelrayo y Valverde de los Arroyos.
Estos pueblos aislados en la montaña, desarrollaron sus propias rutas de comunicación a través de las cuales, con ayuda de mulas y animales de carga, se intercambiaban mercancías, correo y otras especies de primera necesidad.
Espero que el artículo te inspire a conocer la zona y a descubrir sus secretos.
Si quieres aportar alguna otra idea déjame un comentario.