Alcalá del Júcar es uno de esos lugares que no te esperas. De esos lugares que te sorprenden y te enamoran, a primera vista, aunque antes hayas visto mil fotos de sus rincones.
En este post, te llevo a recorrer el precioso pueblo de Alcalá del Júcar en un fin de semana, uno de los pueblos más bonitos de España.
Preparate para disfrutar lento de cada uno de sus fotogénicos rincones, conocer su precioso entorno natural y alimentar tus sentidos con su gustosa gastronomía local y estupendos vinos.
Donde está Alcalá del Júcar
Alcalá del Júcar está situada en el noroeste de la provincia de Albacete, en la comarca de La Manchuela.
Desde Albacete hay unos escasos 60 km de distancia y tiene muy buen acceso desde distintos puntos de España.
Ubicado al amparo de las Hoces del río Jucar, forma un conjunto de lo más pictórico y, te aseguro, que no podrás elegir si te gusta más de día o de noche.
Alcalá fue declarado conjunto Histórico-Artístico en 1982.
Un poco de historia
Se sabe que en el siglo XI había un asentamiento musulmán, en este lugar, y que el pueblo formaba parte de la línea defensiva árabe.
Su ubicación, en la ribera del río lo hacía un asentamiento estratégico, desde el que controlar la frontera y detener el avance de los reyes cristianos, durante la reconquista.
En 1211 la ciudad pasa a manos cristianas, de la mano del rey Alfonso VIII. Pronto los árabes se harían con ella de nuevo, hasta que en 1212, en la batalla de las Navas de Tolosa pasa definitivamente a formar parte del reino de Castilla.
Inicialmente fue parte de Jorquera, después del Marquesado de Villena, pero la riqueza de estas tierras y su estratégico emplazamiento seguía siendo fuente de continuas disputas. Alcalá era testigo constante de enfrentamientos entre la nobleza y la realeza Castellana y de Aragón, hasta la llegada de los Reyes católicos.
Actualmente la población de Alcalá está dividida en seis núcleos: Alcalá, Las Eras, Casas del Cerro, La Gila, Zulema y Tolosa. Una población tradicionalmente dedicada a la agricultura y la ganaderia, en la que hoy es protagonista el desarrollo del turismo rural.
Cuantos días para ver Alcalá del Júcar
Si te preguntas cuanto tiempo necesitas para conocer Alcalá del Júcar te diría que podrías recorrer sus lugares más emblemáticos en un día pero, sin dudarlo, te recomiendo que alargues tu visita, mínimo a dos.
Aparte del pueblo y su patrimonio cultural, hay dos cosas que no puedes perderte: ver la ciudad iluminada por la noche y recorrer sus alrededores.
Quedarse a dormir aquí merece la pena, solo por ver como la ciudad se viste de luz. Alcalá del Júcar tiene un encanto inigualable, cuando el sol se pone y se mezclan los colores del ocaso con la ciudad iluminada.
Sabías que en el año 1986 ganó el tercer premio a la mejor iluminación artística, detrás de, nada más y nada menos, la Torre Eiffel y la Gran Mezquita de Estambul. El dato me sorprendió tanto que no podía esperar a que cayera la noche, para contemplarlo por mí misma, y te aseguro que no decepciona.
El castillo y la Iglesia de San Andrés son los reyes indiscutibles de la noche, con sus marcadas siluetas ocre.
La noche llena Alcalá de misterio y de encanto, asi que, en dos días, además de disfrutar de este espectáculo, puedes hacer alguna de las rutas para conocer el entorno natural.
Qué ver en Alcalá del Júcar en un fin de semana
Cuando llegas a Alcalá del Júcar, por las infinitas planicies castellanas, casi como por sorpresa, desciendes hacia cañón, que el río Júcar ha ido cincelando durante millones de años.
Te adentras en el serpenteante recorrido de las hoces del Júcar, por una carretera de curvas que se precipitan hacia el río y te regalan las primeras imágenes inolvidables.
Las casitas blancas parecen bordadas sobre la falda de la montaña y, entre ellas, destacan dos lugares, por su forma y su color ocre: La Iglesia de San Andrés y el Castillo.
Tendrás que parar en los apartaderos de la carretera, para hacer mil fotos, porque merece la pena. Y ya te alegras de haber elegido este destino con tanto encanto.
El peculiar entramado de Alcalá del Júcar
Una de las características de Alcalá del Júcar son sus casas cueva. Toda la montaña, en la que se asienta, está completamente horadada de cuevas y galerías interminables, picadas con esfuerzo en la roca.
Tiene mucho encanto pasear por sus estrechas callejuelas, que suben y bajan, y descubrir los rincones que esconde su arquitectura tradicional.
Las casas aparentan una fachada tradicional, pero el interior esconde el muro de roca. Estas casas cueva se adaptaban al terreno y tenían muy distintos usos: eran viviendas, establos o almacenes.
Las cuevas son de tal longitud que recorren las entrañas de Alcalá de lado a lado. Si visitas alguna de ellas, verás que entras en punto y sales al otro lado del pueblo, puedes recorrer toda la localidad bajo tierra.
Además de perderte por sus calles y visitar alguna de las cuevas, te recomiendo contemplar Alcalá desde las alturas.
Sube al castillo y a los miradores, los que me parecieron más espectaculares son el mirador de Alcalá del Júcar (al lado del restaurante del mismo nombre), el mirador de la carretera y el mirador de Casas del Cerro.
El castillo y la casa cueva
El lugar donde hoy se encuentra el castillo fue, hasta finales del S. XI, una antigua fortaleza árabe. Lo que hoy contemplamos ya no es la antigua alcazaba árabe, porque sufrió varias modificaciones posteriores.
El actual torreón pentagonal, con dos pequeñas torres circulares en las esquinas, ha sido restaurado siguiendo las fortificaciones que se hicieron a mediados del S. XV.
Aunque su interior no tiene mucho que mencionar, porque está completamente renovado y vacío, sí que merece la pena visitarlo por las vistas de la ciudad desde los torreones, a los que se puede subir.
Podrás apreciar las serpenteantes hoces del Júcar, aproximándose suavemente hasta los pies de la ciudad. También verás a lo lejos una peculiar construcción rojiza, con forma de elipse y los extremos más altos, es la Plaza de Toros, única en su estilo.
Bajo el castillo se puede visitar una casa cueva, de propiedad privada, pero incluida con la entrada al recinto.
Es un pequeño recorrido por una casa cueva tradicional. Esta amueblada y decorada para que aprecies las distintas estancias y los usos que se le daban.
Aunque realmente una antigua casa cueva solía tener una sola estancia, en la que se comía, se hacía vida y se dormía. Compartían aquí la vida personas y animales, mientras que el ganado se alojaba en otra zona, al fondo de la cueva.
Para visitar el castillo de Alcalá del Júcar puedes comprar la entrada online o en la Oficina de Turismo, que está al lado del puente romano. La entrada puede ser solo para visitar este monumento y la casa cueva o un bono combinado, para conocer también la curiosa plaza de Toros.
Iglesia de San Andrés
La iglesia de San Andrés tiene distintos estilos constructivos, del S. XV y XVIII, con elementos del gótico tardío y barroco.
Aunque normalemente no esta abierta, excepto en las horas de culto, un cristal en su puerta te permite contemplar el interior de su única nave.
El Puente romano
El lugar donde está este puente, que no es realmente romano, es uno de los puntos más encantadores y fotografiados de Alcalá del Júcar.
Le dicen Puente Romano por el tipo de construcción, con arcos de medio punto, pero su construcción es posterior. Ha sido destruido y reconstruido en distintas ocasiones, la última en 1990, utilizando la piedra natural de la zona.
Este puente fue paso obligado en el Camino Real entre Castilla y Levante, durante los S.XIV y XV, y se convirtió en un importante puerto seco o aduana. Fue un lugar de pago de impuestos, para todos los que tuvieran que recorrer esta ruta, que en su momento era un paso principal.
La Playeta
Al lado del puente romano hay una pequeña playa fluvial, conocida como “La Playeta”. Una zona muy agradable, con una zona de arena que parece una playa y donde está permitido el baño.
Alrededor de la playa, hay varios restaurantes con terrazas, donde poder comer o cenar al lado del río, todo un planazo al atardecer para disfrutar de la noche y contemplar la iluminación de la ciudad.
La plaza de toros
Como ya he comentado anteriormente, la plaza de toros de Alcalá es única en su estilo. Llama mucho la atención, por su atípica forma y su peculiar color rojizo.
No se conoce el año exacto de su construcción, pero sí de su reconstrucción, que fue en 1902.
Está construida en tapial, con un encofrado de cal, barro, cantos y paja.
Su función era, y sigue siendo, la celebración de festejos de todo tipo: taurinos, cine de verano, conciertos, festivales.
La verdad es que me encantó la idea de poder venir aquí en las noches estivales y disfrutar del cine de verano o de un concierto (apuntado queda).
Con la entrada al castillo puedes comprar tambien una entrada doble, que incluye la visita guiada a la Plaza de Toros, allí te enterarás de todas las peculiaridades y anécdotas de esta curiosa construcción.
Las cuevas del Diablo y del Rey Garadén
Si vienes a Alcalá del Júcar tienes que visitar, si o si, alguna de sus cuevas.
El corazón de esta pequeña población es todo un entramado de pasillos y corredores, que suben, bajan y recorren todo el subsuelo.
Las casas cueva mantienen una temperatura y humedad constantes, 18 grados, durante todo el año. Esto ha sido aprovechado, desde hace cientos de años, por los habitantes de la zona para instalar sus viviendas y protegerse de las inclemencias climáticas.
Una de las cuevas más famosas de Alcalá es la Cueva del Diablo. Y es que es el propio diablo quien te vende la entrada a su cueva. «El Diablo» es el apodo de su actual dueño, un curioso personaje de bigotes dalinianos y un pasado digno de un culebrón.
Él fue quien, en los años 80, compró estas galerías subterráneas y las restauró, viendo el potencial turístico que tenían. Cubrió paredes y huecos con fotografías de su pasado, recuerdos y objetos de lo más peregrino.
Originariamente fueron construidas en 1905, por una familia pudiente, para albergar almacenes, alacenas y corrales, aunque se sabe que las cuevas del rey Garadén (que hoy están unidas con la cueva del Diablo)tienen origen íbero del S.XIII y que, ya entonces, se utilizaban como caballerizas y puestos de vigilancia fronteriza.
Las galerías originales se unieron posteriormente con las del rey Garadén, mediante una escalera. Una escalera inmensa que te da idea de la profundidad que tienen las cuevas.
La entrada a la cueva se encuentra en la calle San Lorenzo 7, atraviesa toda la hoz del Júcar, de lado a lado, y tiene la salida en el otro extremo del pueblo.
El precio de la entrada es de 3,50 € e incluye una consumición.
Al final del recorrido hay un bar-restaurante, con una gran terraza mirador, desde la que tienes unas estupendas vistas sobre el Júcar.
Cuevas de Masago – la gruta del duende
Mucho más austera que la anterior, en cuanto a decoración, a mí personalmente me gustó más, porque más libre de decoración y adornos, la sentí más auténtica.
Al igual que las Cuevas del Diablo, atraviesan la montaña de extremo a extremo. Las cuevas de Masago tienen una profundidad de unos 350 metros y son un fiel reflejo de como fueron originalmente las casas-cueva en esta zona.
Un largo túnel pasea por el corazón de Alcalá del Jucar, recorrido así mismo por corrientes subterraneas. Tambien alberga una pequeño museo de antigüedades, fósiles y un auténtico museo de numismática.
Al final del recorrido hay un amplio restaurante, donde puedes probar la gastronomía local y cuyos ventanales se asoman a la pared vertical de la hoz del Júcar, por su cara norte.
La entrada a las Cuevas de Masagó cuestan 3,5 € e incluyen una consumición.
Cuevas de Garaden
Unas terceras cuevas, que nosotros no tuvimos tiempo de visitar, son las cuevas Garaden.
No se encuentran en Alcalá del Júcar, sino a 3km. Están excavadas en un paredón vertical de la hoz y es uno de los pocos ejemplos de cuevas fortificadas que tenemos en la península ibérica.
La ruta del agua
La ruta del Agua es un sencillo paseo, de unos diez minutos, que recorre el margen del río, a los pies de la ciudad.
Merece la pena hacer esta pequeña ruta, que discurre entre el río y el canal de riego que abastecía los huertos de la zona, y en el que te acompañará, en todo momento, el rumor del agua del Júcar.
El sendero comienza cruzando el puente romano. Al final del mismo, a la derecha, encontrarás un camino estrecho, en el que verás la maquinaria para cerrar y abrir las esclusas del canal.
Un agradable y frondoso paseo, entre el río Júcar y el canal, que recorre Alcalá del Júcar a la margen de la pared rocosa de las Hoces. El agua tiene un azul verdoso llamativo, que contrasta con las blanquecinas paredes de roca que lo enmarcan.
Mapa Alcalá del Júcar
Aquí tienes un mapa con todos los puntos de interés que te he contado en este post.
Que ver en los alrededores de Alcalá
Alrededor de Alcalá tienes muchas opciones para realizar rutas y recorridos para descubrir el entorno natural de las Hoces del Júcar. Por eso, dos días son recomendables para tener tiempo suficiente y descubrir algo más.
Ademas, para conocer con calma todo lo que te he propuesto, puedes dividir los dos días y hacer cada día un poco de senderismo y un poco de visita cultural.
Te recomiendo dos rutas, que yo hice, y te permitirán conocer la naturaleza que rodea a esta encantadora ciudad albaceteña, y contemplar su semblante desde distintos ángulos. En el camino pasarás por miradores con vistas privilegiadas.
Si quieres información completa sobre como realizar estos dos recorridos puedes verlo aquí: Dos rutas encantadoras alrededor de Alcalá del Júcar.
En la Oficina de Turismo de Alcalá puedes obtener un QR en el que puedes descargarte toda la información, sobre itinerarios recomendados en la zona.
El sendero corciolico
Es una ruta corta, pero de lo más entretenida.
Comienza en La playeta (la playa fluvial) y nos lleva hasta la pequeña población de Casas del Cerro, para volver de nuevo al punto de partida, descendiendo por un bonito bosque de pinos en el Barranco de la Noguera.
Al descender por la pineda llegas hasta el Mirador de la Carretera, desde donde tienes una de las panorámicas mas bonitas de Alcalá del Júcar.
En la subida, la única un poquito más exigente, vas teniendo unas estupendas panorámicas del Castillo, en lo alto de la Hoz y detrás el conjunto de casitas blancas y la Iglesia de San Andrés.
Es un recorrido sencillo y circular, de escasos 6km, que puedes hacer con tranquilidad en menos de 2 horas. Está señalizado con marcas blancas y amarillas
El sendero del Morrón
Mi segunda recomendación es una ruta, también circular, pero un poco más larga. No es difícil, porque es casi todo el recorrido llano, excepto en un tramo, pero por duración si se hace un poco más dura.
Se trata del Sendero del Morrón, un ruta que sigue el recorrido de las Hoces del Júcar. Tendrás la posibilidad de contemplarlas desde arriba, observando los meandros y peculiares formas de las paredes de roca, y desde la parte baja, porque parte del recorrido discurre al lado del río.
Llega hasta Tolosa, una pedanía de Alcalá y pasa por el Mirador de Alcalá que te ofrece una preciosa panorámica.
El recorrido tiene 16 km de longitud, puede llevarte unas 5,30h. hacerlo, sin prisa, disfrutando de las vistas y del entorno natural de esta comarca de la Manchuela. Muy recomendable
Dónde comer en Alcalá del Júcar
La gastronomía es otro de los fuertes de este pueblo de Albacete.
Una cocina ligada a los productos de la tierra y las tradiciones de pastores y ganaderos transhumantes, que poblaron esta zona de la Meseta. Recetas contundentes y sencillas dan vida a los platos tradicionales alcalaeños.
El aceite de oliva, la miel de romero o el azafrán, son alguno de sus productos estrella. Llegando hasta aqui habrás viso los enormes olivares y viñedos que cubren toda la comarca.
Estos productos envuelven de aromas y sabores muy propios a la cocina. Platos típicos como el «atascaburras», el moje, el gazpacho manchego, las migas, la «olla de aldea» o el morteruelo. No pueden faltar las carnes y los asados, regados con sus excelentes vinos.
Te recomiento tres lugares para que disfrutes de la gastronomía de Alcalá:
Asador del Chato – Un lugar pequeñito, coqueto y de lo más acogedor. En otoño e invierno su chimenea te hace disfrutar de una calida comida o cena y en verano tienen un pequeño patio, que también es super agradable.
Aqui toda la carne se prepara a las ascuas y tiene platos típicos preparados con productos de proximidad y con esmero.
Restaurante el Mirador – Otra opción muy aconsejable, no solo por su buena cocina, también por las vistas tan espectaculares que tiene (de ahí su nombre). En verano puedes cenar en su terraza, con una panorámica de Alcalá inigualable.
Restaurante Los Robles – Otro restaurante pequeño pero con encanto y guisos tradicionales, preparados con las recetas de siempre. Si quieres probar el gazpacho manchego este es tu lugar, porque lo hacen muy rico, al igual que todas las carnes que preparan a la brasa.
Y hasta aqui el recorrido por esta preciosa localidad manchega.
Espero haberte inspirado para organizar tu escapada y venir a descubrir cada uno de sus rincones. Si ya has venido o piensas venir y se te ocurren sugerencias, te leo en comentarios.
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