¿Sabías que Dublín, la capital de Irlanda, fue un asentamiento vikingo? Dublín es una ciudad que hay que recorrer despacio para que te sumerjas en su historia, su arquitectura, su tradición celta y su universo de leyendas.
Descubre el carácter dublinés en sus tabernas tradicionales, en las que podrás degustar su gastronomía mientras disfrutas de música en directo y te tomas una pinta de Guiness, la bebida nacional. Además la amabilidad de los dublineses te envolverá desde el primer minuto.
Con todo esto que te cuento ¿no apetece una visita ? Pues en este post te cuento todo lo que tienes que saber para descubrir Dublín.
Para conocer Dublín te recomiendo mínimo dos o tres días.
Voy a contarte mi itinerario de 3 días en Dublín y un día más conociendo un lugar espectacular muy cercano: Las montañas de Wicklock y el monasterio de Glendalough.
Si cuentas con más de cuatro días te dejo unas recomendaciones de lugares que puedes ver cerca de Dublín. Hay visitas inolvidables como los Acantilados de Moher o la Calzada de los Gigantes, son dos excursiones míticas, puedes reservar con antelación con todo organizado aquí.
Unas pinceladas sobre la historia de Dublín
Dublín es una de las ciudades más importantes de Irlanda y su capital.
El nombre de Dublín proviene de la voz gaélica Duibh linn, que significa Laguna Negra, posiblemente por que en esta ubicación existiera una.
Fue un asentamiento vikingo del siglo IX, fundado oficialmente en 988, aunque estaba habitado desde la prehistoria.
Los celtas llegaron a Irlanda entre los siglos VIII a.C. Y I a.C., procedentes del centro y oeste de Europa. Uno de los grupos más importantes fueron los gaélicos, los últimos en llegar a estas islas, pero los que pusieron las primeras piedras de la actual cultura irlandesa.
En el S.XII, de la mano de el rey Enrique II, Irlanda pasó a manos anglonormandas, se repartieron el territorio irlandés y, durante los siguientes 300 años, consolidaron su poder feudal. Aunque durante los S. XVII y XVIII el país experimentó un enorme desarrollo comercial y cultural, también sufrió años de opresión inglesa.
El siglo XIX se fue incrementando el movimiento nacionalista irlandés, con líderes como Daniel O’Connell, que reclamaban la emancipación y el reconocimiento de los derechos civiles de los católicos. Sin embargo, la Unión de 1801 unificó a Gran Bretaña e Irlanda bajo un solo Parlamento, con Dublín perdiendo su estatus como capital del Reino de Irlanda.
En 1916, un grupo de republicanos irlandeses liderados por Patrick Pearse y James Connolly llevó a cabo el Levantamiento de Pascua, en varias ubicaciones de Dublín, incluida la Oficina de Correos de O’Connell Street. La rebelión buscaba establecer una república independiente de Irlanda.
Este levantamiento fue sofocado por las fuerzas británicas, pero marcó un punto de inflexión en la lucha por su independencia. Se habían sentado las bases para el posterior establecimiento del Estado Libre Irlandés en 1922, con Dublín como capital.
Pero más allá de evolución política, Dublín, como toda Irlanda es famosa por su tradición mitológica, sus fábulas y leyendas. La rica tradición de cuentos populares irlandeses ha alimentado la creencia en duendes y hadas, dotando a la ciudad de un toque misterioso.
Incluso en pleno siglo XXI, estas leyendas siguen influyendo en la cultura local, con referencias a seres místicos que se entrelazan con la vida cotidiana, los leprechauns (una especie de duendes). Tanto es así, que tienen su propio Museo Nacional del Duende.
Consejos para viajar a Dublín
Ten en cuenta estos consejos si estas pensando en viajar a Dublín:
Para viajar a Irlanda, al ser un país de la Unión Europea, no hay requisitos especiales de acceso, basta con llevar nuestro DNI
En Dublín la moneda oficial es el Euro. En la mayoría de los establecimientos aceptan tarjetas de crédito o débito. Sin embargo, te recomiendo que siempre lleves efectivo contigo, ya que en algunos lugares más pequeños o mercados locales puede que no acepten tarjetas.
En Dublín es necesario utilizar un adaptador de enchufes. Los tipos de enchufes más comunes son de tres clavijas tipo G. Lleva uno contigo, es un fastidio llegar y no poder utilizar el cargador o cualquier otra conexión que necesites.
En los autobuses dublineses es necesario introducir el importe exacto del billete, los conductores no dan cambio. En caso de querer tu devolución te darán un ticket, para que lo reclames a la compañía de autobuses, por lo que te recomiendo llevar siempre efectivo en monedas.
Es una ciudad bastante segura, podéis salir a caminar o disfrutar de la noche tranquilamente.
En Dublín verás que los carteles escritos en inglés y en gaélico. El gaélico irlandés es uno de los idiomas oficiales de la República de Irlanda, junto con el inglés. Esta dualidad de idiomas es parte de su identidad nacional y se refleja en muchos aspectos de la vida cotidiana, incluyendo la señalización pública.
El centro de Dublín no es exageradamente grande, puede recorrerse perfectamente a pie.
Si prefieres moverte en transporte público puedes hacerlo en los autobuses públicos, en tranvía (LUAS) o en tren (DART), para llegar a las zonas más alejadas del centro.
Para llegar desde el aeropuerto al centro hay unos 12 kilómetros y solo podrás llegar por carretera, porque no hay metro, ni tren. Por tanto, tienes tres opciones para llegar al centro de Dublín:autobús, taxi o transporte privado. Te cuento cómo puedes llegar del aeropuerto al centro de Dublín AQUI.
Itinerario diario para ver Dublín en 3 días
El río Liffey divide la ciudad de Dublín entre el norte y el sur, con puentes emblemáticos que conectan ambas orillas. La arquitectura georgiana, característica de muchos edificios del siglo XVIII, da a Dublín una atmósfera elegante y clásica, tiene infinidad de museos, dos catedrales, un castillo y mucho que descubrir.
Si estás pensando donde alojarte en Dublín te recomiendo una opción encantadora y muy céntrica, el hotel St.George by Nina.Está ubicado en una de las calles principales, O´Conell Street, y alojado en una preciosa casa de estilo victoriano. Como está muy céntrico, es una buena base de operaciones para conocer Dublín y llegar caminando a los puntos más icónicos de la ciudad.
Siempre puedes comenzar tu visita contratando una Free Tour por Dublín, que te ayudará a conocer mejor la historia de la ciudad y comprender esos detalles que la hacen única en el mundo:Reserva aquí un Free Tour por Dublín
Dublín, como ya he comentado, tiene un casco antiguo que se puede recorrer fácilmente a pie. En nuestro caso, en tres días no necesitamos coger ningún autobús, ni tranvía, porque las distancias no son muy grandes y porque pasear por el centro, al orillas del río Liffey, es uno de los encantos de la capital Irlandesa.
Mapa con itinerarios: Dublín en 3 días
Aquí te dejo un mapa con el itinerario que puedes recorrer cada día:
Día 1 en Dublín: Trinity College – Grafton Street- Puentes de Dublín – Temple bar
Salimos de nuestro hotel, tras dejar nuestro equipaje, a primera hora de la mañana.
Caminando por O´Connel Street, una de las principales calles del centro histórico de Dublín, en dirección al río Liffey, nos topamos con uno de los símbolos de la ciudad: The Spire.
The Spire es una gigantesca aguja metálica, que se divisa desde todo el centro de Dublín. Es el “Monumento de la Luz”. 120 metros de acero inoxidable que se van estrechando desde los 3, 27 m. de su base hasta los 15 cm de la punta.
La calle O´Connel es una calle muy comercial y, además, una buena zona para comer o cenar, porque está llena de bares y restaurantes de todo tipo.
Llegamos hasta río, al Puente O´Connel que cruza el Liffey y divide el centro en dos. Hacia la derecha en paralelo al río encontrarás el Ha’penny Bridge, el más famoso de Dublín, que nos espera para cruzar al otro lado, a la zona del Temple Bar.
Ha’penny Bridge
El puente Ha’penny Bridge, literalmente el Puente del Medio penique, es uno de los principales puentes de Dublín.
Se construyó en 1816 en madera y metal, y fue bautizado así porque esta era la cantidad que tenían que pagar los peatones que quisieran cruzar por él. Exactamente medio penique, era la opción a cruzar el río en barca.
Seguimos nuestro camino hacia uno de los “top” de la ciudad: la prestigiosa Universidad del Trinity College. En su interior nos espera un histórico campus y joyas como el Libro de Kells o la Old Library.
Resérvate la mañana completa para hacer esta visita con tranquilidad y disfrutarlo, de verdad que lo merece.
El Trinity College
Entrar al campus de la universidad del Trinity College es como hacer un viaje en el tiempo, todavía perdura ese ambiente pausado, de grandes espacios verdes, arboles centenarios y magníficos edificios de distintos estilos constructivos.
La tranquilidad contrasta con el ajetreo de los estudiantes que llegan en bicicleta, se apresuran a llegar a clase o charlan animadamente y la cantidad de turistas que vienen a conocer el Trinity College.
Esta prestigiosa universidad irlandesa fue fundada en 1592 por la reina Isabel I y puede presumir de que por sus aulas han pasado ilustres alumnos, como Bram Stoker, Oscar Wilde o Jonathan Swift.
El deporte es otro de los elementos presentes en este vetusto campus, grandes superficies de hierba son el lugar de entrenamiento de distintos deportes entre ellos el Hurling.
El hurling (en irlandés, iomáint o iománaíocht) es un deporte de equipo de origen celta y es considerado el deporte nacional de Irlanda.
En el edificio de la Biblioteca del Trinity College se encuentra un magnífico manuscrito del cristianismo primitivo, el libro de Kells.
Esta joya medieval que se mantiene y custodia en la Biblioteca de la Universidad es simplemente una obra maestra. Su valor no radica solo en su importancia histórica, contiene los cuatro evangelios del Nuevo Testamento y data del año 800 d.C, si no en la riqueza iconográfica que tiene la pieza en sí.
El libro se encuentra en la sala Treasury del Trinity College y el recorrido incluye una visita a la biblioteca Long Room, una de las más espléndidas de Europa, con más de 200.000 de los libros más antiguos del Trinity.
La Old Library del Trinity College
La sala principal de la Old Library es la magnífica Long Room. Una impresionante sala abovedada de 65 metros, dos alturas, vigas de roble y bustos de mármol de ilustres figuras que han tenido relación con este lugar.
Esta considerada una de las bibliotecas más bonitas del mundo y sus motivos tiene. Pasear por esa impresionante sala repleta de historia, libros de incalculable valor y un aspecto que te hace sentirte dentro de una película, es una experiencia que merece la pena.
La Long Room ha servido de inspiración para películas como Harry Potter, en la entrega “Harry Potter y el prisionero de Azkaban”. También en la saga de Star Wars hay un parecido más que sospechoso con la sala de los caballeros Jedi en “el Ataque de los Clones”, aunque George Lucas, nunca lo ha reconocido.
Esta animada calle peatonal es el lugar de la música callejera, de las tiendas de lujo y de bonitos edificios, que por sí solos justifican un paseo.
Irás parándote cada paso porque hay muchos músicos y artistas que te amenizan el paseo: son los buskers, la gente hace corro para escucharlos, y es que los hay realmente buenos. Muchos aprovechan para vender sus cd´s, para que te lleves un recuerdo sonoro de este pedacito de Dublín y, sobre todo, te hacen pasar un buen rato con su música en directo.
Si lo tuyo son las compras, también estás en el lugar adecuado. Además de ubicar muchos de los establecimientos más lujosos de Dublín, esta calle está llena de tiendas de souvenirs, bares y restaurantes.
La estatua de Molly Malone
Otro clásico de Dublín, la estatua de una famosa pescadera, cuya melancólica canción todos hemos oído en alguna ocasión.
La escultura en bronce de Molly Malone representa a una vendedora de pescado que recorría Dublín, en el S.XVIII. Durante el día portaba su carro a la voz de “Cockles and mussels “, durante la noche paseaba estas mismas calles ofreciendo otro tipo de servicios.
La estatua de Molly Malone está en calle Suffolk, al lado de la Oficina de Información y Turismo. Siempre rodeada de turistas y curiosos, que suben a su pedestal para poner la mano en sus pechos, porque según dicen, garantiza que volverás a Dublín.
La canción de Molly Malone está considerada como el himno no oficial de Irlanda y es mundialmente conocida.
El Temple Bar
Aunque el Temple Bar te sonará al nombre de uno de los pubs más famosos de Dublín es, en realidad, el nombre de un barrio. Una zona de entramadas callejuelas adoquinadas, edificios de fachadas de madera colorida, llena de pubs, galerías de arte y restaurantes, donde probar la gastronomía local.Temple Bar
Ubicado en el corazón de Dublín, a orillas del río Liffey, es un distrito que destila la esencia misma de la ciudad. Sir William Temple, antiguo rector del Trinity College, tuvo su casa en esta zona y parece ser fue el responsable del nombre de este distrito.
En 1707 se instaló en este barrio la aduana, desde la que la ciudad de Dublín llevaba a cabo el comercio de importación y exportación. La zona se llenó de almacenes, tabernas y burdeles y era un hervidero de actividad.
En 1791, cuando la aduana se trasladó a instalaciones más grandes en el lado norte del río, el Temple Bar entró en decadencia y comenzó a deteriorarse. Las calles dejaron de rebosar actividad y sus edificios, faltos de uso, entraban en ruina.
Con motivo de la elección de la ciudad de Dublín como capital europea, el Temple Bar comenzó a revitalizarse y a llenarse de nuevo de color y de vida.
Además de los típicos pubs, que son un imprescindible si vienes a Dublín, el Temple Bar está lleno de pequeñas galerías de arte y tiendas bohemias. Durante el día, en esta zona también se instalan mercados como el Food Market (mercado de comida), o el Book Market (mercado de libros de segunda mano).
Comer platos típicos en alguno de sus pubs más legendarios como The Temple Bar, Merchants Arch, O’Neills o Oliver St.John Gogarty, mientras escuchas música en directo, es una de las mejores cosas que hacer en Dublín.
Nosotros comimos en uno de los lugares más famosos para probar una de las especialidades dublinesas: Fish & Chips. Leo Burdogk, un pequeño restaurante con ambiente marinero, aquí llevan elaborando esta especialidad más de 100 años.
Museo Nacional de Irlanda
El museo está ubicado en Kildare Street, 2.
El Museo Nacional de Irlanda de Arqueología es una de las tres sedes de los museos nacionales del país en Dublín, junto con el de Artes Decorativas e Historia Natural.
La entrada es gratuita, está ubicado en un edificio de estilo victoriano. Durante la visita recorrerás desde la prehistoria, pasando por el antiguo Egipto, hasta la Irlanda vikinga y la medieval. Prepárate para un viaje en el tiempo descubriendo restos arqueológicos que datan del 7000 a. C. hasta el siglo XX.
Día 2 en Dublín: Las dos catedrales del Dublín – El castillo de Dublín – Dublinia – Ruta por las leyendas de Dublín o de Pubs por Dublín
Christ Church
Dublín tiene dos catedrales y ambas pertenecen a la Iglesia anglicana, a pesar de que Irlanda es uno de los países más católicos de Europa.
The Christ Church o la Iglesia de la Santísima Trinidad (Cathedral of the Most Holy Trinity) es conocida como la catedral de Dublín, así como la catedral de St. Patrick es conocida como la catedral de Irlanda.
Construida alrededor del año 1030, ha sido reconstruida y remodelada en distintas ocasiones a lo largo de los siglos, por lo que lo hoy podemos observar es una mezcla de estilos constructivos de la época medieval y del S.XIX
El muro derecho de la nave está inclinado, como consecuencia del derrumbe del tejado en el año 1562. El muro de la izquierda es del S.XIX.
Las estupendas baldosas del suelo, que podrías quedarte mirando durante horas, son réplicas antiguos diseños medievales, aunque se conservan en parte algunas zonas del suelo original. También destaca la impresionante sillería del coro.
En esta catedral se encuentra el corazón de San Lorenzo O´Toole, patrón de Dublín. Aunque fue enterrado en Francia, se dice que su corazón fue traído poco después hasta aquí y hoy, embalsamado, descansa en una capilla en Christ Church.
Otro de los tesoros de la catedral es su Cripta medieval, la mayor de Irlanda y la de estructura más antigua. Se construyó a finales del S. XII
Dentro de estos túneles con arcadas de piedra de la cripta hay otra curiosidad: los restos momificados de un gato y una rata, que se encontraron en el interior de los tubos del órgano. Los apodaron Tom y Jerry y parecen haberse quedado congelados en plena persecución.
En exterior de la Christ Church verás un pequeño puente cubierto, que une la catedral con Synod Hall, aquí se encuentra el museo Dublinia dedicado a los vikingos.
Visitar Dublinia es como retroceder a la Edad Media, para entender como la influencia vikinga ha formado parte de la historia. Desde sus costumbres, formas de vestir hasta como era la vida dentro de un barco vikingo.
El castillo de Dublín está construido en el lugar donde se erigía una antigua fortaleza vikinga, del año 930 d. C. La colocación de su primera piedra corrió a cargo del rey Juan de Inglaterra en 1204.
Este edificio ha sido sede de distintas instituciones políticas a lo largo de su historia, además de residencia real, fue fortaleza militar y sede del Tribunal de Justicia Irlandés.
El Castillo de Dublín se encuentra en Dame Street y puede visitarse de lunes a sábados de 9.45 a 16.45, y los días festivos de 12.00 a 16.45
Catedral de San Patricio
La Catedral de San Patricio está dedicada al patrón de Irlanda. Fue construida junto al pozo donde, se dice, que el santo patrón bautizaba a los conversos al cristianismo.
Data de 1220 y en su interior alberga monumentos, vidrieras del siglo XIX y una preciosa capilla de la Virgen.
A lo largo de su historia la Catedral de St. Patrick ha sufrido guerras, revoluciones y hasta una reforma, para ser lo que hoy es. Es de Comunión Anglicana, como su vecina Christ Church.
En la parte izquierda de la nave se conservan las tumbas de los primeros cristianos, losas de más de mil años que muestran que este lugar estaba en uso mucho antes de que existiera la Catedral.
El órgano de 1901 y su impresionante escalera de caracol, el púlpito de piedra, las vidrieras de 1800 o la máscara funeraria del escritor Jonathan Swift son alguno de los monumentos que atesora la Catedral de San Patricio y la visita merece muchísimo la pena.
La celebración de la eucaristía es cantada por el coro de la Catedral, que ocupa los dos primeros bancos del templo y tiene lugar por la mañana “los maitines” y por la tarde “las vísperas”.
St Stephen’s Green se encuentra en el corazón de Dublín, justo al final de Grafton Street. Hace siglos esta zona era utilizada como zona de pastos para el ganado, hasta 1663.
Se convirtió a finales del siglo XIX, en un jardín público de estilo victoriano, gracias a Sir Arthur Guinness, que lo compró y rediseñó con amplias zonas arboladas y un lago.
En este lugar, hoy lleno de paz y rodeado de preciosos árboles, se llevaban a cabo las ejecuciones públicas por ahorcamiento hasta la década de 1770.
Nada queda de esa escabrosa parte de la historia, tan solo un lugar perfecto para detenerte en tu recorrido por la ciudad, pasear entre árboles y rodearte de naturaleza. Los días de sol es el lugar preferido por los dublineses para darse un descanso.
Al lado del parque Stephen´s Green hay un centro comercial que merece una visita. El Centro Comercial Stephen’s Green tiene una espectacular estructura metálica y de cristal. En nuestra visita estaba doblemente bonito con la decoración navideña. Es además el sitio perfecto si eres amante de las compras.
En un rincón de St Stephen’s Green está el Little Museum de Dublin, una excéntrica colección de objetos fascinantes, donados por los propios dublineses, para descubrir la historia más íntima del Dublín del siglo XX a través de fotografías, cartas, publicidad y arte.
Si eres fan de la banda irlandesa U2, disfrutarás especialmente, ya que en el segundo piso de este museo hay una exposición dedicada a la banda de rock más famosa de la ciudad: “U2 Made in Dublin”.
La tarde noche, después de visitar muchos de los edificios y monumentos de la ciudad, decidimos hacer una ruta guiada para descubrir las leyendas y misterios de Dublín. Un tour que merece la pena y que te sumerge en esa historia negra y el pasado más turbio de la capital irlandesa.
Día 3 en Dublín: Guinness Storehouse- Paseo por la arquitectura Georgiana – Merrion Square – la casa de Oscar Wilde – el Museo del duende
Guinness Storehouse
La cerveza Guinness es más que una cerveza negra y espumosa de sabor intenso, es toda una institución en Irlanda y nació aquí en St James’s Gate, en pleno corazón del casco antiguo de Dublín.
He de reconocer que soy muy cervecera pero, me costaba un poco beber la Guiness. Tres días en Dublín y ya soy una fan, de su sabor suave pero intenso y de su aterciopelada espuma. Aquí vayas donde vayas siempre hay alguien tomando una pinta de Guinness.
La visita a los almacenes de la Guinness Storehouse, ubicados en St. James’s Gate, es toda una experiencia. Este templo de la cerveza irlandesa es un recorrido por su historia y cómo ha llegado a convertirse en una de las marcas más conocidas del mundo. Para mi es un imprescindible si visitas Dublín
Los antiguos almacenes de la Guinness, que mantienen inalterable su exterior, esconden 7 plantas de modernas instalaciones, en las que recorrerás casi un siglo de historia, conocerás sobre la vida de Arthur Guinness, como se elaboraba esta bebida y como ha evolucionado con el paso del tiempo.
Descubrirás los distintos logotipos y campañas publicitarias que ha utilizado la famosa marca irlandesa y, por su puesto, harás una cata de aromas y sabores, para aprender a descifrar ese sabor tan típico, que deja una huella muy peculiar.
Los almacenes, la exposición y todo el recorrido ya estéticamente merecen la pena. El broche final a la visita es acabar en el sky bar 360º de la última planta, completamente acristalado disfrutando de una cerveza, mientras contemplas las preciosas vistas de Dublín desde las alturas.
Merrion Square Park
Después de la visita a la Guinness Storehouse vamos en busca de una zona dublinesa llena de color y de construcciones georgianas, Merrion Square Park.
Este pequeño parque en el centro de Dublín, era de uso privado en sus inicios, solo para los vecinos pudientes que vivían en las casas georgianas que rodeaban el parque.
En 1930, la iglesia compró el terreno para la construir en él la catedral, pero este proyecto nunca se llevó a cabo. En 1974, el Arzobispo Dermot Ryan cedió el terreno a la ciudad de Dublín para utilizarlo como parque público
Entre la arboleda del parque hay una buena colección de esculturas, entre ellas sobresale la escultura de Oscar Wilde, situada en una de sus esquinas y que recuerda los años que el famoso dramaturgo vivió en este barrio.
Semi tumbado en una roca y vestido con su rompedor estilo, Wilde te mira entre misterioso y burlón cuando pasas a su lado. Observa cómo cambia la expresión de su cara, dependiendo de si contemplas la escultura desde el lado derecho o el izquierdo.
Los alrededores del parque están llenos de casas georgianas con puertas llenas de color.
La casa de Oscar Wilde
La casa de Oscar Wilde estaba ubicada justo en la esquina del parque, donde se encuentra su escultura. En el número 1, de la calle Merrion Square, donde vivió desde 1855 a 1878, en compañía de sus padres.
En la casa museo de Oscar Wilde todo se ha restaurado y reconstruido siguiendo fielmente las costumbres y ambiente de la época, para que te sumerjas completamente en la época georgiana dublinesa. Hayas leído o no al autor la visita bien merece la pena.
Hoy en día, la casa de este escritor rebelde y transgresor, que escandalizó a la clase media británica de la época, puede visitarse en tours guiados, con reserva previa.
“A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”.(Oscar Wilde)
En el parque Merrion Square también se encuentran los restos de un antiguo refugio antiaéreo, que servía de protección a los vecinos durante los ataques de la Segunda Guerra Mundial. Fíjate en las farolas, porque aún se conservan las que se utilizaban para el alumbrado público hace cien años.
En otra de las esquinas de este pequeño parque se encuentra la Casa Museo, otra visita interesante para conocer cómo eran las viviendas de la clase burguesa en el Dublín de hace 200 años.
Las puertas de colores En Dublín: calles georgianas
Una de las imágenes más icónicas de Dublín son, sin duda, sus puertas de colores. Pasear por las calles llenas de edificios de construcción georgiana es un planazo y muy típico de esta ciudad irlandesa.
Los mejores lugares para ver la arquitectura Georgiana de Dublín, incluidas sus famosas puertas de colores, son Merrion Square, Fitzwilliam Square, la última de las cinco plazas georgianas que se construyeron en Dublín en el siglo XVIII o edificios como La Aduana, o The Collins Barracks, que ahora alberga el Museo Nacional de Irlanda.
Se conoce como georgiano un período histórico que abarca desde 1714, inicio del reinado del Rey Jorge I de Gran Bretaña e Irlanda, hasta 1830, año de la muerte del rey Jorge IV. Durante “el reinado de los cuatro Jorges” la ciudad de Dublín tuvo un desarrollo urbanístico muy particular, que dio origen a la palabra georgiano.
Unos cuantos escalones dan acceso al gran hall de las casas de este estilo. Grandes ventanas, chimeneas en las habitaciones, Barandillas de hierro y escaleras que bajaban hasta el nivel del sótano y era el acceso de los sirvientes. La arquitectura georgiana estaba basada en las proporciones matemáticas, la precisión y la simetría.
Frente a esta uniformidad de ladrillo oscuro destacan las puertas de colores vivos y vibrantes. Existen varias teorías para explicar este colorido acceso. La primera explicación y la más probable, pone énfasis en la búsqueda de color y alegría, ante la monotonía de las construcciones y el clima gris, que dominaba los cielos irlandeses la mayoría de los días del año.
. Una segunda teoría, que parece más una leyenda, apunta a un acto de rebelión del pueblo irlandés. Concretamente contra la reina Victoria I, que ordenó pintar todas las puertas de negro, en señal de luto por la muerte del príncipe consorte Alberto, en 1861.
. Una tercera leyenda, sin duda la menos creíble pero la más divertida, dice que un vecino, acostumbrado a llegar cada noche con demasiadas pintas de cerveza, se equivocó la puerta y mató a los vecinos, pensando que había entrado en su casa y su mujer estaba en la cama con un amante.
Como ves hay para todos los gustos. La verdad es que sea cual sea el origen de estas puertas de colores le aporta al distrito un enorme encanto.
El monumento a la Hambruna: Famine Memorial
Paseando por la orilla de el rio Liffey, en Custom House Quay en el área de Docklands, a solo 10 minutos de O’Connell Street, se encuentra un conjunto escultórico impactante, que además simboliza una dura etapa en Irlanda: El memorial de la Hambruna
La gran hambruna de Irlanda, también conocida como la hambruna de la patata, tuvo lugar entre 1845-1851, causó el fallecimiento de más de un millón de irlandeses y forzó a la emigración a otros dos millones más, por lo que la población se vio muy mermada.
Una de las principales causas de este negro período fue la extensión de la plaga de la patata o tizón, que impidió que las cosechas de este alimento prosperasen (la patata era un alimento básico en la dieta diaria de los campesinos).
El hambre y la desesperación provocó migraciones masivas hacia las ciudades, en busca de alimento, lo que acabó provocando epidemias de cólera, tifus o disentería que acabarían diezmando a la población de forma masiva.
Las estatuas que caminan sin rumbo por el muelle de Dublín, demacrados, delgados en extremo, vestidos con harapos y rostros de la más absoluta desesperación plasman este caótico periodo. Los llamaban los “bocas verdes”, ya que vagaban por los campos en busca de alimento y lo único que podían llevarse a la boca eran hierbas.
Rowan Gillespie inmortalizó esta tremenda etapa histórica con este evocador conjunto de esculturas.
El museo del Duende
Nuestra ultima tarde en Dublín no queríamos perdernos un museo que tiene mucho que ver con la fuertetradición folclórica irlandesa relacionada con el mundo de las leyendas, de los duendes, las hadas y lo sobrenatural. Los duendes irlandeses son los leprechaunds.
“Los Leprechaunds son seres diminutos de poderes sobrenaturales. Visten de verde, con zapatos con gigantes hebillas doradas y un sombrero de copa; son burlones y bromistas y se escabullen por los frondosos bosques irlandeses.
Estos pequeños seres tienen por costumbre esconder oro allí donde acaba el arco iris”
En Dublín tienen su propio Museo del Duende, tal es la tradición de los irlandeses en estos asuntos, The National Leprechaund Museum
Este museo, dedicado a la mitología irlandesa, y muy concretamente a esos pequeños pero poderosos seres vestidos de verde, es un lugar encantador donde regresar a tu infancia y dejarte llevar por la magia que solo aquí puede ocurrir.
La visita al museo del Leprechaun es una visita narrada, entrarás en un pequeño mundo secreto, donde te contarán historias, relacionadas con el folclore y la mitología irlandesa.
Nuestro narrador, nos acompañará a través de un túnel, que representa la calzada de los gigantes que da acceso a un mundo de nubes, arco iris y muebles gigantes, donde tendrás la sensación de tener el tamaño de un pequeño duende.
El museo está ubicado en Jervis Street
“Un museo de la imaginación, un lugar para historias en el paisaje, un lugar para que la gente escuche historias vivas y respirables”
Aunque nuestro guía mágico a tamaño real es muy expresivo y divertido, para disfrutar la visita hay que controlar bastante inglés, si no, no la disfruta tanto, no hay carteles, ni nada gráfico.
Qué comer en Dublín
No puedo acabar este post sin dedicar unas líneas a la gastronomía irlandesa y recomendarte unos platos típicos dublineses que tienes que probar si o si.
Una de las cosas que no puedes perderte es un desayuno típico irlandés. Puede que a primera hora de la mañana no tengas cuerpo para comer tan abundante, pero merece la pena probar, al menos un día.
El generoso desayuno irlandés, que te aseguro te dará fuerzas sobradas para largas pateadas recorriendo Dublín, tiene bacón, salchichas, alubias blancas, huevos fritos, black pudding y white pudding (la morcilla irlandesa, de color oscuro la negra y color claro la blanca). Lo acompañan con tostadas y café.
Como buena ciudad costera, otro de los platos típicos de Dublín son las Fish and Chips. Ya sea con bacalao, lenguado, abadejo e incluso merluza, los trozos envueltos en un fino rebozado (harina y huevo) y acompañado de patatas fritas es un plato que apetece siempre, y aquí son los reyes de los Fish & Chips.
El Estofado Irlandés es otro de esos platos que tienes que probar en Dublín, porque es una delicia. La carne de cordero o de vacuno se cocina con cerveza Guinness y está acompañado con patatas, zanahoria y otras verduras.
El Coddle es otro guiso muy típico y consumido en Dublín. El Coddle se elabora con trozos de salchicha bacón, patatas y cebolla.
Chowder seafood, me encantó esta sopa elaborada con salmón, una mezcla de mariscos y patatas. Muy cremosa y sabrosa, me supo a verdadera gloria después de caminar por las frías calles de Dublín en diciembre.
Y de postre prueba el Irish Barm Brack es una especie de pan dulce hecho con pasas, pasas y cerezas glaseadas, tradicionalmente servidas en Halloween, pero que puedes consumir todo el año.
El pudín de pan de Soda es otro de los postres típicos que no faltan en una mesa en Dublín. El pudín se elabora con pan y mantequilla, como ingredientes principales. Se originó en el Reino Unido, pero la adaptación irlandesa le da un toque único y sabroso
Una de las bebidas típicas de Irlanda, aparte de la cerveza Guiness, es el whisky y te recomiendo que pruebes su Café Irlandés, que tan de moda se puso en España hace unos años, que esta elaborado entre otras cosas con el famoso Whisky Irlandés.
Que ver en los alrededores de Dublín
En mi visita a la capital irlandesa contaba con cuatro días, tres los dedicamos a la ciudad y un cuarto a conocer los alrededores de Dublín. Estaban las típicas excursiones a los acantilados de Moher o la calzada de los Gigantes pero quedan lejos y me parecía que perdería mucho tiempo solo en el trayecto.
Es diciembre los días son cortos y preferí quedarme cerca y visitar las maravillosas montañas de Wicklock y su monasterio del S.VI, Glendalough. Está a una hora escasa de Dublín entre lagos, colinas de un verde brillante y espectaculares bosques. Una visita recomendable 100 %
Otra opción estupenda es acercarte al cercano puerto de Howth.
Howth Head es una pequeña península a 15 kilómetros al noreste de Dublín. Aquí podrás hacer rutas por acantilados de hasta cien metros de altura y largas playas de arena y probar alguno de sus famosos platos de pescado y marisco fresco.
Hasta aquí mi recorrido por Dublín en 3 + 1 día ¿Te apetece una escapada para conocer la ciudad? ¿Ya has estado en Dublín y quieres recomendar más lugares que hay que conocer? Te leo en comentarios 😃😃
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