Bienvenidos a un recorrido a través del tiempo, de las sombras, leyendas y misterios en una Ruta por Transilvania, siguiendo la estela del Príncipe de las tinieblas, del Conde Drácula, el vampiro más famoso del mundo.
Rumanía es un país increíble, tiene lugares espectaculares que descubrir, pero hay que reconocer que solo con pronunciar la palabra Transilvania a todos nos viene a la cabeza la imagen de un castillo espectral, vampiros y bosques inquietantes llenos de bruma y sombras, cuyo único sonido de fondo es el aullidos de los lobos.
En este post os propongo un recorrido único, una ruta por Transilvania, siguiendo la estela del personaje que inspiró al escritor Bram Stocker para crear al Conde Drácula: el temible príncipe de Valaquia, Vlad Tepes “el Empalador”
Seguiremos sus huellas desde su nacimiento, en Transilvania, hasta su sangrienta muerte en Estambul. Un recorrido en el que, además, descubrirás una naturaleza exuberante, ciudades medievales con una historia y riqueza patrimonial increíbles y leyendas, muchas leyendas.
Prepárate para sumergirte en un mundo de crueldad y misterio.
Ruta por Transilvania: la ruta de Drácula
Que Transilvania es un lugar lleno de leyendas no es ningún secreto. Transilvania significa “tras los bosques” y es una región de una naturaleza abrumadora, atravesada por los Cárpatos, montañas rocosas de bosques salvajes y naturaleza abrumadora.
Antes de iniciar la ruta quiero presentarte a la figura que está detrás del personaje de Drácula y que realmente existió y su vida fue, si cabe, más brutal y tenebrosa que la del mismísimo vampiro.
La historia de Vlad Draculea, que no el Conde Drácula
Lo que conocemos hoy en día como Drácula, el príncipe de las tinieblas, el famoso chupasangres, cuya piel ardía bajo la luz del sol es una creación del escritor irlandés Bram Stocker. Sotcker se inspiró en un sanguinario personaje real para crear su novela: el Rey de Valaquia.
El despiadado gobernante rumano, conocido como Vlad Draculea, se hizo célebre, entre otras cosas, por su gusto por lo sanguinario y por la práctica de las más perversas técnicas de tortura. No se convertía en murciélago, ni clavaba los colmillos en el cuello de sus víctimas, tampoco dormía en un ataúd, pero el personaje era de una crueldad inimaginable.
Vlad III de Valaquia nació en Sighisoara (Transilvania) en el año 1431, y fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad II de Valaquia, conocido como Vlad Dracul (Dragón). Fue así conocido como Vlad Draculea, esto es, hijo del Dragón.
En la mitología rumana el término dracul hacía referencia al diablo, por lo que Vlad III pasó a ser “el hijo del diablo”. Un nombre al que realmente hizo honor.
Pongámonos en situación en aquella convulsa zona centro-europea del S.XV. Rumanía, tal y como la conocemos hoy, no existía, eran entonces tres principados Valaquia, Moldavia y Transilvania.
El imperio Otomano se encontraba en plena expansión, en el suroeste de Europa, y ya había sometido a Grecia, Serbia y Bulgaria. Además de los otomanos Valaquia era uno de los objetivos del vecino reino de Hungría.
En su juventud fue el príncipe de Valaquia fue hecho rehén por los turcos, junto con su hermano Radu y llevado a Estambul, como garantía de la lealtad de su padre. Durante su estancia aprendieron el arte de los horrores y refinamientos para infringir daño al enemigo, lo que le marcó de forma determinante.
A pesar de que subió al trono apoyado por los otomanos, para arrebatarle el trono a los húngaros, estos asesinaron a su padre, en 1456. El reinado de Vlad Tepes se situaba así entre dos enemigos: la nobleza húngara que había traicionado a su familia y los turcos. Y se enfrentó a cada uno de ellos con inimaginable sed de venganza y crueldad
“Batallas, traiciones y terribles torturas gestaron su terrorífica leyenda. Se dice, que al vencer una de las batallas, envió al rey húngaro dos sacos llenos de orejas, narices y cabezas, acompañados de una carta en la decía haber asesinado a casi 21.000 turcos y búlgaros, más aquellos a los que quemaron dentro de sus casas”.
En 1462 Vlad fue derrotado por los turcos y pasó doce años prisionero en Hungría, hasta que en 1476,recobró el trono de Valaquia. Su tercera etapa como voivoda o regente terminó al caer en una emboscada turca.
Fue decapitado y su cabeza exhibida en Estambul. Se dice que su cuerpo fue enterrado en el monasterio del Lago Snagov (aunque esto no está muy claro)
En los escasos siete años que gobernó se calcula que ejecutó a unas 100.000 personas, casi siempre con su método favorito: el empalamiento. Gustaba de prolongar la agonía de los condenados, hasta mojaba pan en la sangre de sus víctimas. Así pasó a la historia como Vlad Tepes, esto es, Vlad el Empalador.
A pesar de que puede ser considerado un monstruo, en Rumanía fue un apreciado como un auténtico héroe, por la férrea defensa de su país frente a las hordas turcas que querían conquistar su territorio.
Una vez conocido el personaje que hay detrás del conde Drácula, vamos a recorrer los lugares donde vivió, mato y murió Vlad Draculea o Vlad Tepes “el Empalador”.
Mapa de la Ruta de Drácula
Aquí tienes el mapa con los lugares que tienes que visitar en la Ruta de Drácula por Transilvania.
Que ver en una ruta por Transilvania
Sighisoara
Esta preciosa localidad rumana fue el lugar de nacimiento de este príncipe singular, adorado y temido a partes iguales.
Sighisoara es una ciudad medieval fortificada absolutamente espectacular, tanto por su precioso casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, como por el entorno natural que la rodea. Esta situada estratégicamente en una colina sobre valle de Târnava, en los Cárpatos transilvanos.
En el número 5 de la Strada Cositorarilor, al lado de la principal plaza de Sighisohara, la Plaza Muzeului, se encuentra la casa natal de Vlad Draculea. Su fachada amarilla tiene colgada una placa con las fechas 1431 y 1435, tiempo en el que nació y vivió en esta villa.
El edificio está ocupado por un restaurante el Vlad Dracul Restaurant, que aprovecha la leyenda para tematizar su decoración y hasta alguno de sus platos. Tiene una agradable terraza, casi en la plaza, en la que puedes disfrutar de la gastronomía rumana más tradicional.
En la planta superior hay un Museo de la tortura, con los instrumentos utilizados por “el Empalador” para infligir los terribles castigos que aplicaba a sus victimas.
Siguisohara es una de las ciudades más bonitas de Rumanía, un conjunto medieval de calles empedradas, edificios y plazoletas de los siglos XIV, XV y XVI. Mantiene en perfecto estado nueve de los catorce torreones que un día defendieron la ciudad.
Si quieres más información sobre todo lo que tienes que ver en Sighisohara te dejo mi post de una Ruta completa por Rumanía
Encontrarás otro guiño a nuestro famoso príncipe junto a los muros de la Basílica Klosterkirche, la joya de Siguisohara, en la Strada Cetății. En su exterior se encuentra un busto de Vlad Tepes.
La ciudad aprovecha el tirón del vampiro y ha puesto en marcha otras iniciativas como Mystical Transilvania, en el número 12 de la Strada Scolii. Un modesto centro de interpretación, en el que se hace un repaso a algunos de los mitos transilvanos a través de la historia. Su lema “No hay vampiros en Transilvania” es más que sugerente, ¿no te parece?
Castillo de Bran
Siguiendo nuestra ruta vampírica, nos dirigimos al Castillo de Bran, vinculado al mito de Drácula, aunque realmente este personaje nunca vivió aquí.
Se cree que tan solo pasó algunos días en sus mazmorras pero, aún así, este magnífico castillo es conocido como el Castillo de Drácula.
Los alrededores del castillo están repletos tiendas con souvenirs, caretas, disfraces y todo lo que puedas imaginar relacionado con el Príncipe de las tinieblas. A parte de otros muchos productos típicos rumanos.
El castillo de Bran está a 25 kilómetros al noreste de Brasov. Esta imponente fortaleza es un lugar de paso obligatorio para los que siguen la Ruta de Drácula por Transilvania y para los que no, también.
Solo su planta y su entorno merece una visita. Está construido en lo alto de una gigantesca roca de 200 metros de altura. Impresiona por sus torres y torreones que destacan sobre las copas de los árboles. Fue construido sobre una antigua fortaleza de la época de los Caballeros Teutónicos de 1212.
El castillo tiene unas 60 habitaciones, a las que se llega a través de sinuosas y estrechas escaleras. Un laberinto de pasajes subterráneos, colecciones de muebles, armas y armaduras de los siglos XIV a XIX.
Si no quieres hacer colas puedes comprar tus entradas al Castillo de Bran aquí.
Aunque si lo que realmente quieres es descubrir los misterios y secretos del Castillo de Bran reserva una visita guiada ¡Nada como que te lo expliquen!
El exterior de esta fortaleza es realmente imponente, su ubicación lo hacia prácticamente inexpugnable y está rodeado de bosques de profusa vegetación le dan ese aire inquietante, que esperas encontrar si visitas el castillo de un vampiro.
Merece la pena rodearlo para contemplarlo desde distintos ángulos. Se puede ver desde los jardines y también desde el exterior, si no os interesa visitar el interior del castillo.
Si visitas el castillo de Bran debes acercarte a conocer la vecina Brasov. Es una preciosa ciudad medieval que merece, al menos, una mañana y desde la que también podrás llegar a las cercanas iglesias sajonas fortificadas de Prejmer o Harman. Dos ciudadelas absolutamente imprescindibles, dos joyas de la historia de Rumanía.
Castillo de Poenari
Nos dirigimos ahora a la que fue la verdadera residencia de la familia del Conde Drácula, el castillo de Poenari. Se encuentra a 150 kilómetros al sur de la ciudad de Siguisohara.
El Castillo de Poenari, o lo que queda de él, fue la verdadera fortaleza de Vlad Tepes. En su día inexpugnable ciudadela y un bastión defensivo clave, tiene una ubicación espectacular. Solo por contemplar el entorno y las vistas merece la pena.
Para visitar la morada de Drácula vas a tener que sudar un poco: para llegar hasta ella es necesario ascender a la cumbre de un monte situado a unos 400 metros de altura, y subir 1480 escalones. Merece la pena el esfuerzo, sin duda.
Como muchos de los lugares en los que se supone vivió o por los que paso el empalador, este lo han teatralizado un pelín para el turismo, y han colocado maniquís empalados, para darle “ese pequeño toque macabro”, que no se si consiguen.
La ciudadela de Poenari se encuentra entre la ciudad de Curtea de Arges (a 27 km de distancia) y está situada en el acceso sur de la famosa carretera Transfagarasan.
Aprovecha tu visita para recorrer esta serpenteante carretera de Transfagarasan, una de las más impresionantes de Europa. Atraviesa los Cárpatos, sus frondosos bosques, afilados riscos y cascadas, como la Balea Cascada y finalmente al lago glaciar de Balea Lac.
El castillo de Poenari está envuelto en leyendas y misterio, como todo lo que rodea la figura del desalmado personaje cuyas huellas vamos siguiendo.
Una de las leyendas narra como, desde aquí, se suicidó Anastasia, mujer de Vlad Tepes y sobrina de la reina de Polonia. Anastasia se lanzó al vacío, desde uno de los torreones del castillo, loca de celos al enterarse de que su marido iba a abandonarla por su amante Katharina, de Brasov.
Targoviste
Targoviste está situada al suroeste de Rumania, a unos 110 km de Curtea de Arges, y es famosa por su rico patrimonio histórico y belleza natural. La Ciudadela de Targoviste fue residencia de muchos de los gobernantes del país, de la Corte Real, y capital de Valaquia, durante 318 años, hasta 1714.
En esta ciudad residió y gobernó nuestro personaje, con su peculiar forma mantener el orden.
Cuenta una famosa leyenda de la ciudad, que Vlad Tepes colocó una jarra de oro en una de las plazas de Targoviste; jarra que nadie osó robar jamás, bien sabido como era lo que le esperaba a los ladrones y las sádicas ejecuciones que imponía a sus condenados. La copa permaneció allí durante todo su reinado.
Visita la ciudad de Targoviste, que merece al menos una mañana, y descubre su riqueza arquitectónica, sus numerosas iglesias y museos (Museo de Arte y del de Historia) o el complejo residencial de la corte medieval rumana.
Descubre las torres defensivas que un día protegieron la ciudad.
Es una excelente opción para disfrutar de la gastronomía tradicional rumana, en alguno de los numerosos restaurantes de la ciudad.
Bosque de los Empalados
El conocido como Bosque de los empalados rodeaba la actual ciudad de Sibiu. Una zona de recreo de Vlad “el Empalador” y lugar donde ponía en práctica su castigo favorito: el empalamiento
La imagen mental de aquel bosque, lleno de personas atravesadas por un palo, produce escalofríos y lo peor es que esto no es una leyenda, sino la terrorífica verdad.
Un lugar donde Vlad Tepes mandó talar casi todos los árboles, para empalar a miles de prisioneros.
“Los cuerpos se pudren colgados de un palo de más de tres metros de altura, sin punta para proferir un mayor sufrimiento. Todos fueron empalados por el abdomen: presos turcos o húngaros, campesinos rumanos y colonos alemanes. Se dice que se sentaba complacido a desayunar viendo como agonizaban sus víctimas”.
Hoy en día el lugar que ocupó este espeluznante bosque es un lugar bucólico y desde aquí podrás conocer la maravillosa ciudad de Sibiu.
La ciudad de Sibiu es un imprescindible si estás recorriendo Transilvania. Preciosas casas medievales de fachadas de colores y unos peculiares tejados que parecen tener ojos que siguen tu movimiento. Vayas donde vayas, te sentirás observado en Sibiu, un lugar que bien merece un día completo en tu ruta por Rumanía.
Monasterio de Snagov
Si hemos recorrido el lugar de su nacimiento y los lugares donde pasó su vida, lo justo es acabar donde, se dice que, reposan sus restos, aunque tampoco está muy claro esto último.
El Monasterio de Snagov está a unos 40 kilómetros de Bucarest, en una pequeña isla del Lago del mismo nombre.
Vlad Tepes fue derrotado y asesinado en Estambul, su cabeza exhibida ante el emperador otomano Mehmet II y el cuerpo enterrado en el monasterio del lago Snagov. Aunque en 1933 se abrió la tumba y allí no se encontraban los restos del sanguinario Príncipe.
La tradición oral da más credibilidad a la posibilidad de que, una vez separado el cuerpo de la cabeza, sus restos fueran descuartizados, para que nadie pudiera encontrarlos jamás. Y es que todo lo que rodea a esta oscura figura histórica está teñido de una terrible violencia .
El Monasterio de Snagov está ubicado en un precioso paraje natural. Hasta la pequeña isla en el centro del lago se puede llegar con pequeñas embarcaciones, opción muy recomendable.
Esta ruta por Transilvania siguiendo la estela del conde Drácula nos ha llevado hasta las profundidades de la crueldad . A medida que exploramos estos históricos lugares, nos sumergimos en un pasado oscuro, donde la realidad y la leyenda se entrelazan, creando un legado macabro que perdura en la memoria colectiva.
Si te atreves a enfrentarte a los horrores del pasado, a la vez que descubres los impresionantes parajes de Transilvania, esta es tu ruta.