Si disfrutas especialmente con esas rutas que tienen un poco de todo: historia, arquitectura, gastronomía y buen vino tienes que venir a conocer la ruta del vino de Toro.
Toro es una monumental ciudad de Zamora que te regalará paseos por calles medievales, monumentos a cada vuelta de esquina, casonas blasonadas, fachadas entramadas, conventos y monasterios, además tiene una gastronomía y unos vinos de diez.
Es una escapada perfecta para un par de días. En este post te cuento todo nuestro itinerario, para que exprimas la experiencia al máximo.
Toro como ciudad, por sí sola, merece una visita; a un emplazamiento que existe desde la época celtíbera no le falta historia. Si además eres fan del enoturismo este es tu lugar. Si te digo que las Carabelas de Cristobal Colón llevaban sus bodegas cargadas de vino de Toro, en su ruta al Nuevo Mundo, te haces una idea la importante tradición vinícola de esta tierra.
¿Se te ocurre mejor plan para un fin de semana? Una ruta que, como reza su slogan, “te dejará huella”
Un poquito de historia de Toro
Se conocen vestigios de pobladores en esta zona desde la Segunda Edad de Hierro. De la época celtíbera se conserva una de las esculturas más famosas de Toro: el Verraco Celtíbero, que hoy podemos contemplar en la plaza de San Agustín, en la fachada norte del Alcázar.
Este vestigio del pasado más pasado de Toro dio nombre a la villa, según muchos historiadores.
Después de la invasión musulmana, la ciudad fue reconquistada por Alfonso III. Su ubicación estratégica, en una atalaya sobre el río Duero, la dotaba de un valor estratégico defensivo muy importante, por lo que se convirtió en punto clave en las rivalidades fronterizas de los reinos de Castilla y Portugal.
Toro ha sido testigo de históricas batallas, como la famosa Batalla de Toro entre los partidarios Isabel la Católica y Juana la Beltraneja, esposa de Alfonso V de Portugal.
Durante la Edad Media la ciudad tenía, no sólo un enorme peso político, sino también económico y religioso.
El glorioso pasado de Toro ha dejado su huellas en cada rincón, su casco histórico está repleto de iglesias, monasterios, edificios señoriales, casonas y restos de templos y murallas.
El casco antiguo no es muy grande y los monumentos de Toro están todos relativamente cercanos, merece la pena organizarse un poco para poder visitar también su interior, que en muchos casos esconde verdaderas joyas.
Aquí de te dejo nuestra ruta por Toro, para que descubras hasta el último rincón.
Qué ver en Toro: recorrido monumental
Toro Sacro
La Colegiata de Santa María
La joya de la corona, y el punto que acapara todas las miradas del casco antiguo, es la impresionante Colegiata de Santa María. Este templo se construyó entre los S.XII y S.XIII en varias fases, por lo que pueden apreciarse distintos estilos constructivos que se mezclan creando un armónico edificio.
La Colegiata de Toro tiene tres puertas de acceso y su cimborrio bizantino es tan peculiar como impresionante. Está considerado uno de los monumentos más importantes de Castilla y León y declarado bien de interés cultural desde 1963.
Merece la pena visitar su interior y subir a la torre del campanario. Hasta arriba nos esperan 138 escalones y dos paradas: la primera aloja un Centro de interpretación y la segunda la Sala del Reloj, donde se expone parte de la antigua maquinaria.
Desde el campanario de la Colegiata, además de las preciosas vistas sobre el Duero, podrás contemplar en detalle el espectacular cimborrio bizantino, que junto con los de Salamanca y Zamora forman el grupo conocido como “los cimborrios del Duero”.
Pero, sin duda, el gran tesoro que alberga la Colegiata es el pórtico de la Majestad.
Este impresionante pórtico, bordado a golpe de cincel, mantiene en perfecto estado su policromía original. Repleto de delicadas tallas en piedra, que representan escenas bíblicas, está poblado de ángeles, arcángeles, apóstoles, ornamentos vegetales y la figura central de la Virgen con el niño que, sobre una columna, divide en dos el conjunto.
No puedes evitar contemplarlo con detalle y recorrer con la mirada, una y otra vez, cada uno de los rincones tallados con delicadeza tantos siglos atrás. Se ha mantenido en tan buen estado de conservación por que se construyó una capilla que lo protegía de los rigores del clima toresano.
En la capilla también se encuentra el curioso cuadro de la Virgen de la mosca. Por qué el autor de esta obra colocó en el rojo manto de la virgen una mosca es todo un misterio sin resolver.
La iglesia de San Lorenzo el Real
Pequeña iglesia del S. XII de estilo románico-mudéjar. En su interior podemos encontrar el sepulcro de Pedro de Castilla, un retablo de 24 tablas de Fernando Gallego y un coro morisco de gran belleza.
Iglesia del Santo Sepulcro
De estilo románico-mudéjar, se construyó en el S.XII y está situada en la Plaza Mayor frente al Ayuntamiento. Perteneció a la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro y, a finales del XV, pasó a depender de la Orden de Malta.
Iglesia-Museo de San Sebastián de los caballeros
Esta pequeña iglesia, que se conoce como parroquia desde el S. XII, fue completamente reconstruida en el S.XVI. En la actualidad alberga en su interior un museo sacro con frescos, retablos y pinturas murales.
Iglesia de San Salvador de los Caballeros
San Salvador de los Caballeros es una iglesia románica construida en ladrillo, del siglo XIII. Perteneció a la Orden de los Caballeros Templarios y hoy alberga en su interior un Museo de Arte Sacro.
Paseando por las calles de Toro encontrarás otras iglesias y pequeños conventos, como la Iglesia San Julián de los Caballeros de estilo mozárabe, reconstruida en el siglo XVI. En su interior destaca el retablo mayor, de estilo renacentista, y el púlpito de madera tallada del siglo XVI. La iglesia también acoge las sepulturas de toresanos ilustres.
La mejor forma de visitar estos monumentos eclesiásticos es con el bono Toro Sacro, que permite el acceso a los cinco monumentos por un precio de 5 €. Sin duda, merece la pena aunque no los visites todos, ya que solo la entrada a la Colegiata cuesta 4€.
La Torre del Reloj
Esta construcción es otro de los edificios emblemáticos de Toro. De estilo barroco, levanta sus casi 20 metros de altura sobre la puerta del Mercado y era uno de las antiguos accesos de la muralla. Bajo el reloj se aloja una pequeña capilla con la escultura del Sagrado Corazón de Jesús.
Se dice que la argamasa con la que se construyó esta torre se hizo con vino, en lugar de agua, ya que era mucho más abundante y más económico que traer hasta aquí el agua del Duero.
La plaza Mayor
Nada más cruzar el arco de la Torre del Reloj ya divisas la Colegiata y su inconfundible silueta. Caminando por la calle llegarás a la Plaza Mayor, porticada y rodeada de casas de arquitectura tradicional castellana. Aquí se concentra la mayor oferta de bares y restaurantes para disfrutar de la gastronomía de Toro y, cómo no, degustar sus excelentes vinos.
En la plaza Mayor se encuentra el Ayuntamiento del S.XVIII, edificio que tuvo que ser reconstruido ya que quedó prácticamente destruido por un incendio.
Además de la Puerta del mercado, del antiguo cinturón amurallado, se conservan la puerta Corredera y la de Santa Catalina.
El Alcázar y restos de la muralla
Esta construcción militar, de apariencia modesta, ha sufrido varias remodelaciones y hoy alberga en su interior la Oficina de Turismo. Se puede subir al adarve, de forma gratuita, y contemplar una de las mejores panorámicas de la vega toresana.
En la parte baja del Alcázar se encuentra el Paseo del Espolón, caminando por este mirador al atardecer disfrutarás de unas preciosas puestas de sol. Puedes bajar desde aquí hasta el puente sobre el río Duero.
Puente Mayor sobre el Rio Duero
Puente del S. XIII con 22 arcos apuntados que, se cree, fue reconstruido en el lugar en el que estuvo, en su momento, un puente romano. Puedes bajar dando un agradable paseo desde el paseo del Espolón.
Contempla desde el Duero las estupendas panorámicas de Toro, que tienen como reina indiscutible la Colegiata de Santa María.
Plaza de Toros
La antigua Plaza de toros de Toro es otro de esos lugares que no puedes perderte. Es necesario contratar una visita guiada en la Oficina de Turismo, ya que no se puede acceder por libre.
El guía te ofrece una estupenda explicación de su historia, construcción y como han llevado a cabo su remodelación, respetando su antigua estructura y materiales originales.
La visita guiada a la plaza de toros incluye la visita guiada a una Bodega Subterránea Tradicional.
Cerca de la plaza Mayor, en un edificio solariego, se puede acceder a este espacio en el que no harás ninguna cata, pero te empaparás de los orígenes de la cultura vinícola de toda esta región.
Hay que descender a las tripas de Toro para descubrir un lugar donde los vinos se hacían con trabajo duro. Podrás contemplar una antigua prensa, las zarceras que recibían las uvas recién vendimiadas, los canales de piedra por los que fluía el mosto recién extraído para transportarlo a las barricas, donde alcanzaba su madurez.
Monasterio del Sancti Spiritus
Fundado a principios de S.XIV, actualmente es un convento de clausura de monjas dominicas. Puede visitarse la Iglesia, el Claustro del siglo XVI con 48 columnas dóricas, la Sala Capitular y el Museo con fondos del propio Monasterio
En el Monasterio de Sancti Spíritus el Real descansan los restos de la reina Beatriz de Portugal, que llegó a Toro en el exilio.
Aprovecha para llevarte unos dulces artesanos elaborados por las dominicas de Toro: amarguillos almendrados, bocaditos de ángel, pastas… todos ellos elaborados con paciencia y el secreto de sus recetas tradicionales.
La ruta del vino de Toro
La ruta del vino de Toro es una iniciativa para promover el enoturismo y dar a conocer esta DO. Su lema, “dejando huella”, no puede ser más acertado.
A la ruta del vino de Toro están adscritas 26 bodegas, restaurantes, tiendas y vinotecas, así como el Museo del Vino y el Museo del Queso, dos visitas imprescindibles si vienes a Toro.
El vino de Toro está de moda, gracias a las cualidades y gran calidad de sus tintos. Los vinos que antaño se producían por la zona, famosos por ser demasiado fuertes y contundentes, de los que cuesta tragar, se han ido refinando y haciendo más sutiles, gracias a la mejora tecnológica y el buen hacer de los viticultores.
A día de hoy la Denominación de Origen Toro es una de las más apreciadas a nivel mundial. En la ciudad de Toro se encuentra la capital del Consejo Regulador y el 40 % de la producción se exporta fuera de España.
¿Qué tiene el vino de Toro?
Desde la época romana se bebía vino por aquí. En la Edad Media el vino era la bebida principal de lo más granado de la época, hasta tal punto que fueron los vinos que se embarcaron con Colón en su viaje hacia el Nuevo Mundo.
Se bebía más vino que agua y, no es de extrañar, teniendo en cuenta que en esta tierra seca y porosa el agua de los aljibes no es que fuera de primera. El vino era la opción más sana para beber, ya que su componente alcohólico hacía las veces de desinfectante de bacterias y demás componentes indeseables.
En el siglo XIX con la llegada de la filoxera, que destruyó la mayoría de viñedos de Francia, Toro se convirtió en un exportador de primer orden hacia Europa.
La seña de identidad de los vinos D.O. de Toro es la tinta de Toro, una variedad de uva autóctona, que le da ese carácter tan especial, aportando una tonalidad y unas características muy propias. También utilizan otras variedades como la malvasía o la garnacha.
El terreno y el clima también hacen lo suyo para que este vino tenga tanta personalidad. El terreno, muy seco y poroso, que absorbe como una esponja el agua de lluvia, y el clima, de contrastadas temperaturas, dan lugar a un vino con carácter.
El subsuelo de la ciudad de Toro está completamente horadado de bodegas, que excavadas en la roca forman un laberintico entramado subterráneo. Si te fijas, paseando por las calles del casco histórico, encontrarás una especie de ventanas a ras de suelo: son las zarceras. A través de estas aperturas se introducía la uva que caía directamente en la bodega subterránea.
Si hay zarcera, hay bodega y prácticamente todas las fachadas del casco histórico tienen una.
Visita a las bodegas de la Ruta del Vino de Toro
Hay tantas bodegas que no sabrás cual incluir en tu lista, en la web oficial de Toro tienes información sobre todas ellas, para que organices tu visita. Como tendrás que elegir cual incluir o no en tu lista, yo voy a recomendarte las que visitamos nosotros ya que todas merecieron la pena.
Bodegas Valbusenda experiencias de lujo
Las bodegas Valbusenda están ubicadas a 12 km de Toro, rodeadas de suaves colinas tapizadas de viñedos y acompañadas de un hotel spa, en el que puedes relajarte después de un día de patear calles y visitar monumentos. Permítete un lujo y disfruta de alguno de sus masajes o tratamientos de vinoterapia.
En sus instalaciones puedes visitar su jardín ampelográfico (jardín de vides), con más de 260 variedades de uva. Puedes recorrerlo, de forma libre, antes de realizar la visita a sus modernas instalaciones y disfrutar de unas catas muy particulares y experiencias diseñadas para despertar tus sentidos.
En nuestro caso, con la visita a la bodega, hicimos una cata de vinos maridada con chocolate, una experiencia muy evocadora que te recomiendo. Si lo tuyo no es el dulce puedes combinar la cata con distintas variedades de queso.
Reserva tu visita a sus bodegas aquí: Bodegas Valbusenda
Dormir en una bodega: Monte la Reina
Merece la pena acercarte a esta bodega ubicada en un castillo neogótico del S.XIX, que hoy alberga un hotel boutique en el que puedes pasar la noche. Rodeado de viñedos y con unas preciosas vistas a la vega del Duero, los atardeceres desde aquí son mágicos.
Puedes reservar tu visita a sus bodegas aquí: Bodegas Monte la Reina
En las profundidades de Toro: Bodegas Valdigal
La pasión por el vino y el amor a la tradición hizo que los dueños de esta pequeña bodega subterránea decidieran retomar la elaboración de vino, amparado por la D.O. de Toro. Reanudaron la labor que aquí se hacía siglos atrás, con esmero, sin prisa y en pequeñas cantidades.
Con esta filosofía se creó esta encantadora bodega. Se accede a ella a través de unas empinadas escaleras que descienden entre la roca, hasta sus pequeñas instalaciones.
La visita es un paseo por la historia del vino de Toro. Los restos de la sujeción metálica de una barrica, que encontraron al escavar para recuperar parte de la bodega, retorcida y oxidada por los años, cuelga de la bóveda de ladrillo: un guiño a la tradición, pilar fundamental de estas bodegas.
La cata final, maridada con quesos y embutidos de la tierra, en el pequeño jardín exterior, es todo un placer para los sentidos.
Puedes reservar tu visita aquí: Bodegas Valdigal Toro
Museo del Vino Pagos del Rey
Una interesante visita, casi un viaje en el tiempo a través de siglos en la elaboración del producto estrella de Toro. Una visita interactiva y muy completa: antiguas prensas, herramientas de labranza, barricas y pellejos de vino, arados, cestas y garrafas …
El recorrido documenta de forma amena los métodos de producción del vino y su evolución con el paso de los años. La exposición muestra además las variedades de uva más utilizadas, forma de recolección y hasta el antiguo camión de reparto que sustituyó a las antiguas carretas.
Para finalizar, una cata en las instalaciones de la actuales Bodegas del Grupo Solís, en el espacio donde alojan la tienda gourmet. Puedes aprovechar para comprar algunos de sus estupendos caldos o algo tan original como mermelada de vino.
Reserva aquí: Museo del vino Pagos del Rey
Museo del queso Chillón
Visita a un museo y evocador recorrido por la historia de la familia Chillón, familia de pastores que dedicaron su vida a la producción de queso. Un paseo instructivo y emocional, un homenaje a toda una vida de esfuerzo y saber hacer, mantenido durante cuatro generaciones.
Tras la visita al Museo de la familia Chillón hay degustación de quesos, acompañados de vino de Toro, como no podía ser de otra manera.
Probarás nueve variedades de queso, elaborados con leche cruda de oveja, entre ellos su peculiar queso al vino tinto: que hace su proceso de maduración sumergido en vino tinto de Toro y esta exquisito. Otros, como el queso viejo tradicional, el queso con pimentón de la Vera o el queso con miel te harán dudar entre llevarte uno o todos de sus obradores.
Reserva tu visita aquí: Museo del Queso Chillón
Donde comer en Toro
Como en toda ciudad castellano-leonesa, la buena mesa de Toro merece una mención aparte. Su gastronomía es potente, sabrosa, elaborada a fuego lento. Asados de carne y guisos como el jabalí al vino tinto, pero también pescados, como su famoso bacalao a la tranca o el pulpo a la sanabresa, también platos de la huerta como las “patatas viudas” y sus riquísimos postres.
Tienes una gran oferta gastronómica para degustar a la carta o tapear, que también es una costumbre muy arraigada en Toro.
Si quieres comer en una bodega: Bodegas la Divina Proporción, seguro que en algún lugar te has tomado una copa de uno de sus vinos más famosos “Madremía”, el nombre no se olvida, ni tampoco su sabor y además se come de lujo.
La esquina de Colás, La Tinta, Malaespina, Casa del Cabildo, en cada uno de estos lugares podrás probar un poquito de la esencia de Toro. En el plano, al principio del post, puedes ubicar todos estos restaurantes.
No te vayas de Toro sin probar su repostería. Te recomiendo una pastelería, el Postre, y un dulce, la polka.
La polka es una tartaleta de masa quebrada con una crema que haría salivar al menos goloso. No es crema pastelera, ni nata, es una crema especial en su punto de cremosidad, en su punto de dulzura, fresca y mimosa en la boca. A pesar de la buena cantidad de crema que lleva, no empalaga y su sabor es increíble.
El dueño de la pastelería presume de esta receta secreta, heredada de sus abuelos y que, según me cuenta, nadie ha conseguido imitar.
————————————-
Y hasta aquí nuestra visita a la ruta del Vino de Toro. Espero que te hayan gustado mis recomendaciones y haberte inspirado para visitar esta maravillosa ciudad.
Si tienes alguna sugerencia o quieres añadir algo que puede completar esta escapada, me encantará leerte.