Si vas a venir a la preciosa ciudad de Edimburgo, seguro que lo primero que has incluido en tu lista de imprescindibles es una visita a la Old Town. La Old Town es el casco antiguo de la ciudad y su calle más famosa y emblemática es la Royal Mile, una larga avenida tan impresionante como rica en historia, legado cultural y oscuras leyendas.
Toma nota y ven a conocer la Royal Mile, la arteria principal del Edimburgo medieval.
La Old Town, la Ciudad Vieja de Edimburgo
La Old Town o ciudad vieja, es la zona más antigua de Edimburgo y origen de la capital de Escocia y, por ello, una pieza clave para entender su historia. Esta encantadora ciudad, para mi una de las más bonitas de Europa, fue declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1995.
La Royal Mile es su calle principal y su nombre deriva, precisamente, de ser el eje de unión de las dos residencias reales de la ciudad: el Castillo de Edimburgo y el Palacio de Holyrood. Recorrer la Royal Mile era lo que solían hacer los reyes para desplazarse del castillo al palacio.

Estos dos monumentos están separados por la longitud de la calle, 1814 metros de distancia, una antigua milla escocesa, una milla que aloja siglos de historia y legado cultural (imprescindible para enterder lo que hoy es la Edimburgo).
Como siempre, antes de comenzar a recorrer cualquier ciudad, te recomiendo contratar un tour guiado que te de un poco de contexto. Aqui te dejo un enlace por si quieres contratar un Free Tour por Edimburgo, es la mejor forma de descubrir y empaparte de un lugar de verdad.
Royal Mile: Una calle, cuatro tramos
El origen de la ciudad podemos encontrarlo en el Castillo de Edimburgo, para el que se buscó un emplazamiento de difícil acceso y fácil control del entorno. Asentado sobre una elevada peña de origen volcánico, se facilitaba la defensa de la ciudad y desde su única entrada natural, descendía la Royal Mile.
La Royal Mile y sus 1836 metros de recorrido comprende las cuatro antiguas calles, que formaban la arteria principal de la ciudad medieval.Cuatro tramos, que de oeste a este, son: Castlehill, Lawnmarket, High Street y Canongate.
Vamos por partes, que te cuento todo lo que tienes que ver en cada uno de ellos.
Castlehill
El primer tramo de la Royal Mile es el más cercano al castillo, de ahí su nombre «la colina del Castillo».
Esta imponente fortaleza fue lo primero que se construyó en Edimburgo, a partir de este punto la ciudad fue ampliándose.
Junto al castillo se encuentra la Castle Esplanade y donde, se dice, se realizaban quema de brujas y herejes durante la Edad Media.
A día de hoy estas macabras prácticas se han sustituido por otro acontecimiento mucho más ameno, la celebración del Royal Edinburgh Military Tattoo, el festival militar anual de Edimburgo.
El Edimburgh Military Tatto es una celebración de música, baile y pompa militar. Se celebra en Agosto y es una fiesta impresionante, música de gaitas envuelven el aire, actuaciones y danzas, siempre con el castillo de Edimburgo como telón de fondo.
Puedes reservar tus tickets, si quieres asistir a esta celebración AQUÍ: Edimburgh Military Tatto
En este primer tramo de la Royal Mile encontrarás también The Hub una Iglesia gótica, que distinguirás por su afilada aguja, y que hoy es la sede del Festival de Edimburgo.
Si quieres adentrarte en el mundo del whisky, en Castlehill, puedes hacer una visita a The Scotch Whisky Experience. Un recorrido para descubrir los secretos de esta bebida, que es toda una institución en Escocia.
Lawnmarket
El segundo tramo de la Royal Mile, tiene unos 100 metros de longitud, y va desde The Hub hasta Bank Street.
Esta calle está llena de comercios, principalmente tiendas de souvenirs, artículos de tartán (sobre todo de kilts, gorros y prendas elaboradas con este tejido típico escocés), pubs y restaurantes.
En Lawnmarket puedes sentirte, por un rato, parte de la clase más adinerada del Edimburgo medieval, visitando la Gladstone’s Land. Este museo recrea como era el interior de una vivienda del S.XVII.
El edificio en el que está ubicado perteneció a un rico mercader, llamado Thomas Gledstanes. Sus seis plantas de altura lo hacia uno de los más altos para la época, pero solo las dos primeras están habilitadas para la visita.
Su entrada, con dos arcos de medio punto, es inconfundible por el pájaro dorado que verás sobre ellos; es un milano, antiguamente conocido como Gled, en clara alusión al nombre de la familia.
También en Lanmarket están las oficinas del Bank of Scotland, un edificio de estilo barroco. Para llegar hasta el tienes que bajar por Bank Street, una de las calles perpendiculares a la Royal Mile.
Pocas imagenes nos vienen tan claras a la memoria, cuando pensamos en Escocia, como sus kilts, esas faldas tradicionales de estampados de cuadros elaborados en lana. Ese tejido de especial entramado, generalmente de lana, es el tartán.
Una visita al Tartan Weaving Millte te descubrirá el proceso de fabricación del tartan, podrás manipular los telares y comprar algún que otro recuerdo típicamente escocés.
High Street
Seguimos avanzando por la Royal Mile, llegamos a High Street, es quizá el tramo más famoso y el más concurrido de los cuatro.
La estrella de High Street es la Catedral Saint Giles, aunque realmente no es catedral, porque carece de obispo.
Se fundó en el año 1124, por orden de David I, que lo dedicó al santo, patrón de los leprosos. Se construyó sobre lo que fue un antiguo santuario del S.IX y ha sufrido distintas remodelaciones, a lo largo de los siglos. La más importante se hizo en estilo gótico, así que lo que hoy contemplamos, al visitar Saint Giles, es una armoniosa mezcla de estilos constructivos.
Observa la curiosa torre de la Catedral, abierta y ornamentada, hay muy pocas de este estilo en Europa. Puedes subir a la torre, desde la que podrás apreciar las vistas de la Royal Mile y los espectaculares detalles de la torre del campanario.
Visitar su interior es un imprescindible, te llamarán la atención las vidrieras del S.XIX. Las originales fueron destruidas, probablemente, durante la implantación de la Reforma en el siglo XVI.
También te sorprenderá la colorida decoración de la nave principal. En una de las naves anexas, encontrarás la famosa estatua de John Knox, padre de la religión presbiteriana y antiguo ministro de la catedral de St Giles.
La impresionante capilla del cardo, Thistle Chapel, es un añadido del S.XIX y otro de los puntos más llamativos del interior de la Catedral.
La entrada a la Catedral de Saint Giles es gratuita, aunque te sugieren que dejes una donación de £6, dinero que utilizan para las labores de mantenimiento del templo.
Está abierta al público de Lunes a Sábado de 9,00 – 17,00h. (de Octubre a Mayo) y de 9,00 a 19,00h. (de Mayo a Septiembre). Los domingos el horario es más reducido: de 13,00 – 17,00h.
Si quieres hacer fotos en el interior de la Catedral de Saint Giles tendrás que pagar 2 libras, así podrás hacer todas las fotos que quieras sin problemas, ni restricciones.
Antes de entrar en la Catedral, encontrarás entre el empedrado del suelo un mosaico, es el corazón de Mitlothian, y que recuerda el lugar donde estuvo emplazada la cárcel de la ciudad, hasta el siglo XIX.
Frente a la catredal se encuentra la espectacular escultura de bronce de Walter Francis Montagu Douglas Scott, quinto duque de Buccleuch y séptimo duque de Queensberry. Este noble, aunque lo parezca, no tenía parentesco con el famoso escritor Walter Scott, al que tan solo les unía la amistad que el duque mantenia con el padre del escritor.
Detras de la estatua verás la plaza del Parlamento y el edificio que fue sede del antiguo Parlamento de Escocia. Estuvo en funcionamiento hasta 1707 y, actualmente, alberga la Corte Suprema. El actual parlamento se ubica junto al palacio de Holyrood.
Si sigues avanzando por High Street encontrarás en el suelo otro mosaico en el que debes fijarte. Es la Mercat Cross, que indica el sitio donde se celebraba el mercado municipal (muchas ciudades de Escocia tienen algo parecido).
Fíjate en una estructura octogonal, que hay al lado de la Mercat Cross, con una columna coronada por un unicornio.
El unicornio es el animal mitológico por excelencia de Escocia y, este punto, era el lugar donde habitualmente se hacían los anuncios públicos y, a veces, también algunas ejecuciones.
Antes de llegar a Cannongate, encontrarás a tu derecha la antigua iglesia presbiteriana Tron Kirk, construida en el siglo XVII.
El nombre “Tron” se debe a que esta iglesia se encontraba muy cerca de la báscula pública de la ciudad, en plena Royal Mile. Dejó de funcionar como iglesia hace años y hoy aloja un encantador mercadito conocido como “Victorian Market”
Cannongate
Este es el último tramo de la Royal Mile, antes de llegar al Palacio de Holyrood, y también el menos concurrido.
Cannongate fue inicialmente una zona independiente de la ciudad, fuera de las murallas de Edimburgo, y que se unió a ella posteriormente.
La rica historia de esta calle se refleja en los distintos tipos de construcción que encontrarás en ella.
Un lugar muy influenciado por la cercanía del palacio, que atraía a la alta aristocracia a construir sus elegantes residencias cerca de la corte. Desde edificios medievales hasta arquitectura georgiana, muchas de esas mansiones históricas aún permanecen y podrás admirarlas paseando por esta zona.
Caminando por la calle distinguirá enseguida el reloj del Canongate Tolbooth.
Esta era la antigua prisión local, que hoy se ha convertido en un museo tradicional, en el que se podrás conocer mucho de la antigua vida diaria escocesa.
Aquí también se encuentra el Museo de Edimburgo, el principal museo de historia de la ciudad.
En el final de la Royal Mile está el Palacio de Holyrood, residendia oficial del monarca británico en Escocia. El palacio se puede visitar en parte, para descubrir los opulentos salones, los apartamentos reales y sus impresionantes jardines.
Para evitar colas o esperas, que te hagan perder tu tiempo, te recomiento reservar con antelación las entradas para la visita al palacio, puedes hacerlo AQUI
Frente al Palacio se encuentra el actual parlamento de Escocia, un moderno edificio diseñado por el renombrado arquitecto Enric Miralles. En la fotografía puedes ver las inconfundibles ventanas del edificio.
El Cementerio de Canongate Kirk es otro de esos rincones con encanto, escondido entre edificios y locales, aislado de la bulliciosa Royal Mile.
En su interior se encuentra la pequeña iglesia de Canongate, que da nombre al cementerio y data de 1688. Es una sencilla y austera construcción protestante presbiteriana, nada de vidrieras, ni ornamentos, que puedan interferir con lo importante: el culto.
El cementerio, al igual que su compañero en Greyfriars, es como un tranquilo parque en el que pasear y disfrutar de la calma. Además, en este camposanto se encuentra la última morada de ilustres personajes, como Adam Smith (1723-1790), el famoso economista.
Canongate es también el lugar perfecto para los amantes de la buena mesa; en esta zona de Edimburgo hay muchos restaurantes, cafés y pubs, en los que puedes degustar los platos tradicionales escoceses, como haggis, neeps y tatties o disfrutar de la cocina internacional.
La Royal Mile, la entrada a misteriosos rincones
Cuando comiences a recorrer la Royal Mile, fijate en una especie de pasadizos, que descienden perpendicularmente a la calle, hacia ambos lados. Son pasillos o callejones, muy estrechos, conocidos como closes o wynds.
Vas a encontrar más de ochenta closes, en esta calle, algunos conducen a patios, otros a jardines y otros a ninguna parte. Merece la pena explorar estos pequeños pasadizos, porque además de esconder rincones llenos de encanto, dan entrada a todo un mundo de historia, leyendas y misterios.
El origen de estas pequeñas callejuelas hay que buscarlo en el intento de aprovechar al máximo del espacio disponible. Era necesario dar cabida a la cada vez más numerosa demanda de vivienda.
Vivir fuera de la ciudad y la protección de sus murallas era, por aquel entonces, demasiado peligroso, de forma que en la Old Town había un exceso de población y en algunas zonas vivían completamente hacinados.
Los edificios se construían cada vez con menos separación, para aprovechar al máximo el espacio disponible. Y este pequeño espacio que quedaba libre entre un edificio y otro, el mínimo para permitir el paso, es lo que hoy conocemos como «closes».
Durante el S. XVII, la aristocracia comenzó a construir pequeños jardines al final de estos callejones.
Querían espacios en los que aislarse de la multitud y el bullicio de la calle principal. Así que, muchos de estos closes desembocan en pequeños jardines, que son un verdadero remanso de paz.
Lo mejor de todo es que detrás de cada uno de estos estrechos recorridos, hay una pequeña historia, una leyenda escondida o un misterio sin resolver.
Algunos esconden rincones con encanto, como el Lady Stair’s Close, que desemboca en una preciosa plaza, o Advocate’s Close, cuyos estrechos muros te regalan en una de las mejores vistas de la New Town.
Otros llevan el nombre de la actividad que desempeñaban quienes vivían en ellos, como Old Fishmarket Close o de los protagonistas que vivieron algún suceso inexplicable allí, como Wardrop’s Court o el Mary King’s Close.
Si quieres saber más sobre estas pequeñas entradas hacia otros mundos, aqui te dejo mi post: Los closes de Edimburgo.
Mapa para recorrer la Royal Mile
Aquí tienes el mapa para que ubiques todos los puntos que te he contado en el post:
Espero que disfrutes tu visita a esta calle de Edimburgo, con tanta historia como encanto. La Royal Mile, un imprescindible en tu visita, si quieres descubrir el alma medieval de la ciudad.
Otro de los barrios con más encanto de la capital escocesa es Dean Village, es el antiguo barrio de los molinos, lleno de rinconcitos idílicos y super fotogénicos, que te recomiento visitar. Aquí te dejo toda la información para visitar Dean Village.
Y tú ¿Has estado en esta famosa calle de la capital escocesa, la Royal Mile? ¿Algo más que incluirías en la visita? Te leo en comentarios