El sur de Marruecos esconde entornos naturales y paisajes impresionantes, dos de los más icónicos son las Gargantas del Dades y las Gargantas del Todra.
Una zona de montañas de roja arenisca con formas imposibles, estrechos cañones de roca cincelados por siglos de erosión, verdes oasis que sobresaltan nuestra vista y pueblos tradicionales de barro que parecen dormidos en el tiempo.
Te cuento como visitar dos de estos lugares inevitables si estás recorriendo el sur del Gran Atlas.
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Las Gargantas del Dades: la serpiente de roca
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Si partes desde Marrakech o Fez, el viaje te llevará a través del paso de Tizi n’Tichka, el puerto de montaña más alto de Marruecos.
Las carreteras están bien asfaltadas, pero son carreteras de alta montaña, con curvas cerradas y desniveles, también con unas vistas espectaculares. Una vez atravesado el Alto Atlas llegamos a la conocida como “puerta del desierto”, la ciudad de Ouarzazate.
Desde aqui, excelente punto de partida de muchos de los itinerarios para conocer esta zona del país, sigue las señales hacia Boumalne Dadés y Tinghir.
El tiempo que necesitarás para llegar desde Marrakech a la ciudad de Boumalne Dades es de unas cinco o seis horas.
Las Gargantas del Dades
La garganta del Dades es un estrecho cañón de escarpada fisonomía. Formado por rotundas paredes de roca rojiza, que puede recorrerse en coche, a través de una sinuosa carretera que llega hasta el mirador de Tisdrine.
En el mirador de Tisdrine, ubicado en el punto más alto de la carretera, se encuentra la icónica postal, que habréis visto en centenares de fotos, y es que desde este alto se aprecia la impresionante altura del cañón y la serpenteante carretera que trepa por la montaña (precisamente el nombre del mirador, Tisdrine, significa serpiente).
El río Dades es el responsable de este paisaje único.
El valle del Dades, en el que se encuentran estos cañones, y que se extiende desde la localidad de Boumalne hasta la localidad de Msemrir, está salpicado de kasbahs (muchas de ellas abandonadas), pequeñas aldeas y palmerales.
Los Dedos de Mono
Antes de llegar hasta las Gargantas del Dades, tendrás que pasar por otra zona geológicamente única: los conocidos como “Dedos de mono” o también conocido como «El cerebro del Atlas».
Cuando veas esta zona comprenderás de inmediato el porqué del nombre y es que literalmente la roca ha ido formando un conjunto de piedras con forma de dedos gigantescos que apuntan al cielo.
Parada muy recomendable para dar un paseo y disfrutar de este peculiar paisaje.
En la localidad de Boumalne, se encuentran las ruinas del antiguo ksar Aït Idir y, un poco más lejos, la kasba de Ait Ouzza, una de las más altas de toda la región, con 18 metros de altura.
Garganta del Todra: El gigante pasillo de piedra
Cómo llegar a las Gargantas del Todra
Para llegar hasta las Gargantas del Todra, desde la localidad de Boumalne Dadés, hay que tomar la carretera N10, dirección Tinghir. A escasos 25 km. de Tinghir se encuentra esta maravilla geológica, paraíso para los escaladores y objetivo para cualquier viajero que esté visitando esta zona de Marruecos.
Por esta ruta, y antes de llegar a las Gargantas del Todra, pasarás por el impresionante palmeral de Tinghir o Tinerghir.
Otra opción es continuar hasta Msenrir (a 65 km de Boumalne), desde donde parte una pista al este, hacia Tamtattouchte y llegar hasta las gargantas del Todra.
Las Gargantas del Todra
Las imponentes paredes de roca de las Gargantas del Todra, que alcanzan hasta 300 metros de altura, encajonan un estrecho desfiladero, de tan solo 30 metros de ancho, en algunos puntos, por el que discurre tranquilo el río.
El Todra es en realidad un wadi, más que un río, es decir, un río que dependiendo de la temporada del año se seca, dejando solo las huellas de su camino hacia el mar.
Es un paraíso para escaladores de todo el mundo, a los que siempre verás encaramándose a estas verticales paredes y toda una experiencia para cualquier visitante.
Las Gargantas son un lugar muy turístico, por lo espectacular del entorno, pero esto mismo le resta un poco de encanto. Todo visitante quiere su foto, con las gargantas del Todra al fondo, se han instalado muchos puestos de venta de alfombras, ropa tradicional, etc. y además se permite la circulación de vehículos, así que si quieres huir de las multitudes, te recomiendo avanzar a lo largo del cañón, no quedarte solo con las fotos de la primera zona.
Desde aquí puedes hacer rutas de senderismo, para ver las gargantas desde otras perspectivas.
El Palmeral de Tinghir
El palmeral de Tinghir es un flamante oasis de 30 km. de largo, que destaca sobre el árido y rojizo paisaje de las montañas que lo rodean. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y está salpicado de poblaciones de adobe, kasbahs y ksars.
En Tinerghir hay dos kasbahs, una más antigua, prácticamente en ruina, y otra más nueva, ambas construidas por el poderoso Señor de Marrakech, Thami El Glaoui. Aquí también se mantiene el antiguo barrio judío o Mellah, que aunque ya no está habitado por personas judías, sigue teniendo el encanto de las intrincadas callejuelas de adobe.
Si quieres disfrutar de un recorrido por toda esta zona sur del Gran Atlas y pasar una noche increíble en el desierto, te recomiendo el tour hasta el Desierto de Merzouga.
Hasta aquí este recorrido por los escarpados paisajes del Sur de Marruecos: Las gargantas del Dades y del Todra. Espero haberte inspirado para incluirlos en tu ruta. Si tienes dudas, sugerencias o has estado en la zona y conocer lugares que merece la pena visitar, te leo en comentarios.