Pensar en Cádiz y que lo primero que venga a la cabeza sean sus estupendas playas o sus famosos Carnavales es todo uno: playas anchas la arena fina, sol, chiringuitos en los que disfrutar de un aperitivo èpico o desde el que ver increíbles puestas de sol.
Pero Cádiz tiene mucho más y en este post voy a recomendarte una ruta que te guiará por rincones serranos de pueblos blanco brillante y espíritu andalusí, un recorrido para perderse y descubrir otro Cádiz.
Ruta por los Pueblos Blancos de Cádiz
Los conocidos como Pueblos Blancos Son 19 : Arcos de la Frontera, Bornos, Espera, Villamartín, Algodonales, El Gastor, Olvera, Torre-Alháquime, Setenil de las Bodegas, Acalá del Valle, Prado del Rey, El Bosque, Ubrique, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Grazalema, Benamahoma, Zahara de la Sierra y Algar.
Los pueblos blancos de Cádiz conservan esa esencia del pasado andalusí, callejuelas laberínticas de casas encaladas para luchar contra los calurosos días del verano y patios floridos que salpican las maravillosas sierras de Grazalema y los Alcornocales.
Los pueblos no llevan un recorrido lineal, están dispersos por lo que debes organizarte para incluir en tu ruta los que más te apetezca conocer.
La ruta necesita varios días, yo diría que al menos tres, porque las distancias entre los pueblos son cortas, pero se hacen largas, primero por el tipo de carretera y después porque veréis sitios en el trayecto que te pedirán parar, contemplar y disfrutar del entorno de estos parajes
Y para disfrutar a fondo cada pueblo, hay que recorrerlo sin prisa, detenerse en sus rincones, perderse en ellos, descubrir sus monumentos y edificios históricos, saborear su gastronomía y vivir su ambiente: el más puro Cádiz
🧐 Curiosidad: Sabias que en la sierra de Grazalema es la zona en la que mas llueve de España, más incluso que en Galicia. Has leído bien y a mi me sorprendió mucho saber que en esta sierra gaditana se registran más litros de agua al año que en cualquier otro lugar. de la península
Nuestra ruta tiene como punto de partida El Bosque y recomendaría sin dudar todos y cada uno de los pueblos de nuestro recorrido. El Bosque, está más o menos céntrico y es buen inicio para casi todos los itinerarios.
Finalizamos nuestro road trip, visitando Medina Sidonia y Vejer de la Frontera, que aunque no están incluídos en la lista anterior, y están un poco más apartados hacia la costa, son dos imprescindibles.
El Bosque, cuna del queso payoyo
Un pueblo muy agradable, no tan impresionante en cuanto a sus edificios, ni monumentos históricos como por ejemplo Arcos de la Frontera, pero con mucho encanto también. Sigue la misma tónica constructiva de la zona, casas de fachadas en blanco, salpicadas de flores, fuentes y mucho ambiente.Tiene multitud de bares y restaurantes, siempre ajetreados, donde deleitarte con la gastronomía gaditana.
Desde el Bosque hay un paseo muy recomendable siguiendo el margen del río Majaecite hasta Benamahoma. Cuatro kilómetros y medio de bonitos rincones, vegetación, saltos de agua, restos de molinos y una antigua central eléctrica. En verano esta bastante concurrido, sobre todo los fines de semana, por personas de la zona que llegan a pasar el día.
Interesante también el Museo del Queso en el Bosque, aquí se pueden conocer las diferentes fases de la elaboración del queso local a través de infografías, degustar y comprar queso de Cabra Payoya y Oveja Merina Grazalemeña, típicos de la zona que, por cierto, están buenísimos.
Grazalema, una pequeña joya en un entorno espectacular
El pueblo, que tiene el mismo nombre que su Sierra, está considerado uno de los pueblos más bonitos de España y sin duda lo es. Ubicado en un entorno de naturaleza impresionante, en pleno centro de la Sierra de Grazalema, tiene a pocos kilómetros uno de los últimos pinsapares de Europa (bosque de pinsapos, especie única de abetos, que han llegado hasta nuestros días desde la Era terciaria, por lo que algunos expertos los consideran auténticos fósiles vivientes).
Desde esta maravillosa ubicación se pueden hacer unas rutas de senderismo que merecen la pena. Ya sólo llegar hasta aquí, por carretera desde el Bosque, disfrutarás de un recorrido de los más espectaculares de toda la Sierra. La carretera va ascendiendo y serpenteando por la montaña ofreciéndote unas panorámicas que te dejan boquiabierto.
Grazalema es un tipico pueblo serrano, de estrechas callejuelas blancas empedradas y fachadas cubiertas de coloridas flores. Rodeada de montañas y con varios edificios históricos destacables como Iglesia de Nuestra Señora de la Aurora y la Iglesia de San José.
En la Plaza Pequeña encontrareis el monumento al Toro de Cuerda, escultura que hace un homenaje a una tradición grazalemeña (que no explicaré porque soy completamente contraria a este tipo de «fiestas», la fotografía habla por sí misma)
No te vayas de aquí sin disfrutar de su exquisita gastronomía (el queso y la miel son dos productos locales de gran calidad) o comprar una de sus famosas mantas de lana de Grazalema. Estas artesanales mantas tienen unos flecos anudados a mano con una particular técnica, que ha ido transmitiéndose de padres a hijos durante generaciones.
Zahara de la Sierra, la reina del embalse.
En mitad de la Sierra de Grazalema, sobre una peña de piedra coronada por un castillo nazarí del S Xlll, se descuelgan las casas de Zahara de la Sierra, a sus pies reposan las aguas tranquilas del embalse de Zahara-El Gastor.
Ya el nombre de Zahara nos habla de su origen árabe, ubicado en un alto donde controlar todo el horizonte desde la torre vigía y el típico trazado andalusí. Calles empedradas, muy empinadas y casitas blancas adornadas con coquetas macetas, es la tónica de todos los pueblos que estamos visitando.
El pueblo aún conserva tramos amurallados de la antigua villa medieval. Desde la plaza del Rey contemplareis la estupenda fachada de la Iglesia Santa María de la Mesa, del S.XVIII y que alberga en su interior un espectacular retablo barroco.
Desde la privilegiada situación de su mirador se pueden contemplar las preciosas panorámicas que abarcan todo el entorno de la Sierra del Jaral y el embalse. Desde aqui se observan unas increíbles puestas de sol. Si subes hasta el Castillo por el camino nazarí obtendrás unas estupendas vistas 360º.
En el embalse pueden realizarse distintas actividades acuáticas como el kayak.
En Zahara no hay playa pero tienen “la playita», una zona de baño muy original en un entorno muy bonito. Se trata de una piscina natural que simula una playa. Tiene su encanto, aunque muy masificada para mi gusto en Agosto, supongo que en otra época del año será un placer darse un baño casi sin gente.
🧐 🧐 Curiosidad : Zahara de la Sierra celebra cada año su particular Fiesta del Corpus, declarada de Interés Turístico en 1980. Tradicional celebración, que se remonta al S.XV y en la que los ciudadanos engalanan sus calles y fachadas, que amanecen cubiertas con ramos, juncias y palmas.
Este jardín improvisado en las calles del pueblo recibe a la procesión de la Custodia, que realiza paradas en los altares tradicionales realizados por sus vecinos.
A pesar de su pequeño tamaño el pueblo tiene una amplia oferta gastronómica, para que saborees alguna de sus especialidades. Un lugar ideal, en pleno centro de Zahara es la Cervecería El Gallo, aquí podrás degustar tapas abundantes y variadas de su cocina local, en un ambiente puramente gaditano.
🍽️ Prueba uno de los platos tradicionales de Zahara de la Sierra: «Los Quemones», una especie de sopa de ajo con pan, agua y sal, aceite de oliva, ajo, cebolla y perejil y huevos , que se consume casi seca. Artesanal y sabrosa.
Setenil de las Bodegas, el pueblo de roca
El más original y diferente de todos los pueblos que recorrimos. Setenil de las Bodegas no es famoso por sus bodegas, como pudiera sugerir el nombre, sino por sus casas-cueva escavadas en la roca.Tampoco destaca por su vino, aquí el producto estrella es el aceite.
Es el pueblo que más me impresionó, diferente a cualquier otro que hayas podido visitar. Paseando por las calles Cuevas del Sol y Cuevas de la sombra te maravillas de la forma en que las casas parecen sujetar la roca y se distribuyen escalonadas entre grandes peñas suspendidas.
La calle Cuevas del Sol, orientada al sur, recibe la luz de éste sobre sus encaladas casas, que destacan sobre el marrón de la piedra que parecen sujetar. Al margen del río Trejo, esta calle está llena de bares y restaurantes donde deleitarte con su comida local, por esta razón esta también siempre llena de turistas.
En la calle Cuevas de la Sombra el cielo es de roca. La estrecha callejuela soporta una enorme peña sobre las casas, que parece mantenerse ahí en un extraño equilibrio y le da un aspecto único.
Subir, bajar y volver a subir por sus calles es la mejor forma de descubrir Setenil. Las calles Jabonerías, Calcetas o Cabrerizas son otras de esas calles que tienes que recorrer en este peculiar enclave.
En la parte alta del pueblo se encuentran los edificios históricos : El torreón del Homenaje, el único resto que queda de un alcázar árabe del S.XII o la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación..
En la zona alta de Setenil también se encuentra el mirador del Carmen, subiendo sus 93 empinados escalones (construidos por los propios vecinos para unir la parte alta y baja del pueblo), contemplarás unas preciosas vistas de toda la localidad.
Tanto subir y bajar cuestas te pedirán una parada para reponer fuerzas y de paso probar alguno de sus platos típicos: Migas, Sopa cortijera, Queso de cabra, sus famosas masitas ( unas hamburguesas muy peculiares «made in Setenil») o dulces como las empanadillas o los cortadillos.
Ubrique, el pueblo de la piel
Otro de los pueblos blancos que recorrimos, que te regalará un encantador paseo por su casco antiguo, de intrincadas calles que desembocan en agradables placitas con fuentes y flores. Ubicado entre las Sierras de Grazalema y los Alcornocales es cuna de artesanos de la piel desde hace siglos
Por tanto, además de descubrir un hermoso pueblo es perfecto si quieres aprovechar y comprar artículos de marroquinería, Y es que Ubrique tiene una industria artesana de piel reconocida a nivel mundial, facturan para muchas de las marcas más prestigiosas del mundo, como Loewe o Chanel.
La villa esta llena de tiendas con artículos de piel, no esperes encontrar gangas, pero sí unos productos de primera calidad, que llevan fabricándose de forma artesanal durante generaciones. En Ubrique puedes visitar el Museo de la Piel para empaparte de esta tradicional forma de vida.
Arcos de la Frontera, riqueza histórica
Arcos de la Frontera es un tesoro ubicado en lo alto de una peña escarpada de casi 98 m de altura, sobre el río Guadalete. Este lugar puede presumir de un generoso patrimonio cultural, además de unas increíbles vistas a la Cola del Embalse de Arcos.
Las vistas son impresionantes desde la Plaza del Cabildo rodeada por la Basílica menor de Santa María de la Asunción, el Ayuntamiento o el Parador. Desde aquí se accede al Mirador de Peña Nueva.
Otros lugares singulares de Arcos son el Castillo de los Duques (S.XV), la Puerta de Matrera (ss. XI-XIV), que comunica el casco antiguo de Arcos con el Barrio Bajo, los restos del recinto amurallado, la iglesia de San Pedro y multitud de palacios y casas señoriales. Arcos tiene mucho que descubrir.
🍽️ Plato típico de Arcos de la Frontera: «Abajao» especie de sopa elaborada con pan y espárragos trigueros. Existen algunas variantes, pero la receta original lleva estos ingredientes, además de cebolla, tomate, pimiento, ajo, huevos, agua, aceite y sal.
Merece la pena mencionar la Semana Santa de Arcos. Subiendo por la cuesta de Belén encontramos un monumento en su honor y es que aquí esta fiesta, declarada de Interés Turístico, cobra especial importancia. Sin duda para apuntarlo en la agenda
Medina Sidonia, el Balcón de la Bahía de Cadiz
En Medina Sidonia se respira un ambiente especial. Su pasado, mezcla de civilizaciones y culturas ha marcado su carácter. Declarada Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en el año 2001, este lugar tiene muchos tesoros escondidos, que merece la pena encontrar.
Su patrimonio cultural es amplio. Subir paseando hasta la Iglesia Santa María la Mayor del S.XVI, construida sobre una antigua mezquita, y al Cerro del Castillo te permitirá, además de transitar entre los vestigios de su historia, contemplar las estupendas panorámicas. En los días claros se puede llegar a contemplar el mar a lo lejos, no en vano a Medina la llaman el Balcón de la Bahía de Cádiz.
Bajando por sus empinadas calles llegaremos a la plaza de España y podemos recorrer las zonas amuralladas que todavía se conservan del antiguo Alcázar Arabe. o atravesar los tres de sus antiguos arcos de entrada, que aún se mantienen en muy buen estado: el Arco de Belén, El Arco de la Pastora y la Puerta del Sol.
La visita a Medina no puede acabar sin disfrutar de su gastronomía, tal y como os he recomendado en cada lugar que hemos visitado, la oferta es amplia. Caminando por la plaza encontramos pescadores que «cesta en mano» nos ofrecieron cucuruchos de camarones o cangrejos frescos ….buenísimos.
Medina es mar y montaña, la carne de vaca retinta, autóctona de la zona es la estrella en muchos de sus platos o el fresquísimo pescado y marisco de la cercana costa, aquí hay para todos los gustos. Típico y riquísimo su dulce artesano estrella: el Alfajor.
🍽️ Para comer o cenar o simplemente tomarte algo y disfrutar de la panorámica, os recomiendo un sitio con un encanto especial. Restaurante y hotel rural situado en la parte alta de Medina, se llama “la Vista de Medina”.. El nombre habla por sí mismo, tiene las mejores vistas de la ciudad en un ambiente acogedor. En las noches de verano su terraza se ilumina con pequeñas velas; al otro lado la plaza con la imponente fachada de la Iglesia Santa María la Mayor, un lugar espectacular y buena cocina.
Vejer de la Frontera, tesoro sobre el río Barbate
Sin duda uno de los pueblos más conocidos, Vejer es «un clásico» en Cádiz, Quizá porque está más cerca de la playa, a tan sólo 8 km. y con seguridad porque es un pueblo realmente bello. Esta ubicado sobre las escalonadas faldas de una montaña sobre las orillas de río Barbate.
Sus casas trepan por la montaña, intrincadas callejuelas suben hasta el Castillo para conformar un laberíntico trazado de fachadas encaladas que resplandecen con la luz del sol.
Además de su encantadora silueta blanca, Vejer tiene un rico Patrimonio Historico que conserva con orgullo. En la zona más alta del pueblo el castillo, construido sobre los restos de un anterior castillo árabe y aún mantiene gran parte de sus medievales murallas del S.XV en muy buen estado. También se conservan cuatro puertas o arcos de acceso y tres torres.
El Arco de las monjas, junto al Convento de las Monjas se encuentra en el Barrio de la Judería y es una de las zomas más fotogénicas de Vejer. A día de hoy acoge el Museo municipal de costrumbres y tradiciones. Esta zona está llena de callejuelas con tiendas de artesanía y souvenirs.
La Iglesia del Divino Salvador o la Casa del Mayorazgo, una casa solariega de estilo barroco del S.XVIII son otros dos edificios que merece la pena remarcar.
Estando en Vejer hay que llegar hasta la animada plaza de España conocida también como la «plaza de los pescaitos» , el corazón del pueblo. En el centro una bonita fuente de azulejos sevillanos, la fuente de los pescaitos, era el lugar al que los niños llevaban peces de colores y que dió el sobrenombre a la plaza.
No podemos olvidar los miradores de Vejer, a 200 metros sobre el nivel del mar, desde ellos tendrás maravillosas vistas panorámicas del pueblo y podrás contemplar unas puestas de sol que quitan el hipo.
Y hasta aquí nuestro recorrido por los pueblos blancos de Cádiz que espero que te haya gustado y servido de inspiración para recorrer esta zona. Si tienes sugerencias, añadirías algo más o lo que se te ocurra, déjame un comentario. Y ¡ A disfrutar de los pueblos blancos! 🤪🤪